Por: John Horvat II
(ZENIT News Agency, 26.07.2021).- La forma en que el mundo trata a Cuba es un misterio. No hay otra forma de describirlo.
Cualquier dictadura militar despiadada debe ser denunciada y condenada al ostracismo. En el caso de Cuba, no puede haber excusa para no condenar sus abusos contra los derechos humanos o exponer su pobreza creada por los socialistas. Su rabiosa persecución de la Fe es indescriptible. Se debe hacer todo lo posible para acelerar el día feliz en que el país pueda vivir nuevamente en “la libertad de la gloria de los hijos de Dios” (Rom. 8:21).
Sin embargo, esto no está sucediendo. Las fuerzas de seguridad están reprimiendo brutalmente las protestas generalizadas contra las espantosas condiciones en la isla. El régimen no aceptará ayuda médica occidental a pesar de que la gente está muriendo a causa de Covid. La situación está madura para un cambio de régimen, pero esto no sucederá.
Apoyo escandaloso al régimen cubano
Los izquierdistas de todo el mundo continúan expresando su simpatía por este monstruoso régimen. No culpan al gobierno comunista por los males de la nación, sino a Estados Unidos. La Cuba comunista no puede equivocarse.
Un ejemplo escandaloso de este apoyo son las declaraciones del movimiento Black Lives Matter en favor de la represión por parte del régimen contra el pueblo cubano, incluidos muchos negros. Otros izquierdistas estadounidenses se han mantenido firmes en su insistencia en que los problemas de Cuba se derivan del embargo estadounidense que impide que los bienes capitalistas rescaten el desastre socialista.
Las protestas, las violentas represiones y los apagones de Internet demuestran el alcance de la innegable miseria en la isla. Estas cosas también confirman que el apoyo de la izquierda se basa en la ideología, no en la simpatía por el sufriente pueblo cubano.
Cuba como prueba de fuego
Cuba es una prueba de fuego para ver quién es verdaderamente izquierdista. Cuanto mayor es la simpatía por el régimen, mayor es el grado de marxismo de la persona. Cuanto más espantosas le parecen al mundo las condiciones, más obstinado es el apoyo que la izquierda da a esta vergonzosa tiranía. Se puede contar con que los izquierdistas ignorarán la evidencia más condenatoria de que Cuba es un caso económico perdido.
Por lo tanto, el misterio está al menos parcialmente resuelto. La izquierda mundial se une en torno a Cuba por razones ideológicas. Los izquierdistas ven cualquier hostilidad contra Cuba como un ataque a su causa en general.
Cuba como símbolo de desafío
Sin embargo, esta conclusión solo explica parte del problema. No revela por qué la izquierda le da tanta importancia a la pequeña isla caribeña.
Cuba es mucho más que un país comunista cualquiera que oprime a su gente como siempre lo han hecho los comunistas. La izquierda necesita a Cuba porque es un símbolo importante y un punto de encuentro. Los izquierdistas, las guerrillas marxistas y todos los liberales del mundo parecen cobrar valor por el hecho de que Cuba ha desafiado a Occidente durante 62 años y ha sobrevivido.
El Comunismo, ¿amigo de los pobres?
Cuba es tan importante porque es el único superviviente de la revolución comunista de los sesenta. Todavía conserva algo de la leyenda de aquellos tiempos embriagadores en los que el comunismo radical parecía ser la ola del futuro. Los izquierdistas occidentales siempre han presentado a Cuba como un ejemplo de ese idílico “paraíso” marxista, donde todos compartían por igual las dificultades de llevar adelante el futuro socialista.
El espectacular fracaso del imperio soviético
Esta leyenda se volvió más débil con el espectacular fracaso del imperio soviético en 1989. Imagínense el desaliento de la izquierda al ver este imperio repentinamente pulverizado. Fue un golpe psicológico espantoso para los comunistas portadores de carnets en todo el mundo. Fue especialmente descorazonador para los ricos “idiotas útiles” de Occidente que apoyaron la revolución comunista desde el lujo de sus casas y condominios. La derrota resultó vergonzosa para los medios de comunicación macrocapitalistas liberales que presentaban al bloque soviético como una inmensa potencia mundial.
De hecho, la izquierda puede tener algún consuelo mientras una Troya comunista todavía arda en la diminuta Cuba, que irradia su maligna influencia a las tres Américas y al mundo. Incluso tolerará las hordas de turistas europeos y otros, que caen unos sobre otros, para apoyar a la isla prisión con sus contaminados euros capitalistas.
La izquierda católica ve a Cuba como un paraíso
De hecho, en lugar de negar la miseria de la gente, la izquierda la acepta. Por lo tanto, existe el trágico apoyo de la izquierda católica que durante mucho tiempo ha visto a Cuba como un bastión de la pobreza evangélica (impuesta) donde se asume que todos son felices, libres de las trabas del materialismo. Los partidarios de la teología de la liberación, la administración ecológica y las corrientes religiosas tribales encuentran un santuario fuera del consumismo occidental en este bastión ateo. Contribuyen a perpetuar las brutalidades, crueldades y persecuciones religiosas que reinan en Cuba.
Incluso esta última violencia no ha disminuido el fervor casi religioso de la izquierda católica por la Cuba comunista. El dominico brasileño fray Betto defiende la isla prisión como un “paraíso” para los pobres o sin hogar y un “infierno” para los ricos y poderosos. Además, disculpa el sufrimiento actual del pueblo cubano diciendo: “La resiliencia del pueblo cubano, alimentada por Martí, Che Guevara y Fidel, se ha mostrado invencible. Debemos recurrir a esta resiliencia y luchar todos por un mundo más justo y ser solidarios”.
Cuba: el periscopio de un submarino
Una ventaja final para mantener viva a la Cuba comunista es que la nación se convirtió no solo en un símbolo, sino también en un abanderado para todos los izquierdistas mientras buscan el medio de impulsar su nefasta agenda. Cuba es necesaria para mantener vivo el sueño marxista.
El brillante pensador católico, profesor Plinio Corrêa de Oliveira, comparó la situación de lo que queda del comunismo clásico con la de un viejo submarino oxidado. La tripulación comunista está desanimada y asfixiada por la impopularidad de las ideas de izquierda.
La Cuba comunista juega el papel de un periscopio que también sirve como esnórquel, proporcionando oxígeno a los lánguidos pulmones de los miembros de la tripulación mientras navegan en su mar de miseria. Cuba mantiene vivas sus esperanzas al demostrar que estas ideas comunistas puras pueden existir en el mundo real. Si el comunismo todavía respira hoy es porque Cuba sobrevive. La prisión de la isla sirve como periscopio/esnórquel para sostener a los marxistas en sus retorcidas y horribles convicciones.
Corriendo a defender Cuba
Por eso la izquierda mundial se apresura a defender a la Cuba comunista. Los activistas quieren salvar el periscopio/esnórquel independientemente de las consecuencias. No les importa lo ridículos que se vean. En esta etapa, los hechos no importan. Está en juego el futuro de la izquierda. ¡Mientras el régimen reprime las protestas, la izquierda mundial actúa como su cámara de vacío, silenciando completamente los gritos de las calles!
Por lo tanto, Black Lives Matter lo arriesga todo al emitir una declaración demoledora contra Estados Unidos. “Desde 1962”, afirma absurdamente, “Estados Unidos ha impuesto dolor y sufrimiento al pueblo de Cuba al cortar alimentos, medicinas y suministros que le cuestan a la pequeña nación isleña un estimado de U$130 mil millones”.
La Casa Blanca evitó toda condena al comunismo durante cinco días, atribuyendo los disturbios a la “mala gestión”. El presidente Biden finalmente admitió que el comunismo es un “sistema fallido” pero no tomará medidas significativas para aliviar la difícil situación del pueblo cubano. Importantes figuras de la izquierda como el senador Bernie Sanders pidieron cortésmente al gobierno cubano que se abstuviera de la violencia, pero no dudan en culpar a Estados Unidos por su cruel embargo. Los medios de comunicación liberales también repitieron el mantra de que el embargo estadounidense está en la raíz de la miseria cubana.
El levantamiento del embargo solo permitirá que el régimen comunista continúe su opresión.
Lo importante a recordar es que en la crisis cubana no se trata de Cuba. Se trata del futuro de la izquierda en todo el mundo. La izquierda lo sabe muy bien. La mayoría en el Occidente cristiano no comprende lo que está en juego. Por eso es necesario un cambio de régimen. Es por eso que el mundo debe deshacerse para siempre del periscopio/esnórquel que mantiene la izquierda respirando. No hay otra solución.
Traducción de Acción Familia.