Beatitud Sviatoslav Shevchuk y Papa Francisco. Foto: Vatican news

La conmovedora carta del líder de los católicos en Ucrania desde sótano de la catedral al inicio de Cuaresma

“Si alguien en Rusia ha perdido el contacto con sus hijos o maridos, enviados a ser asesinados en Ucrania, llame a este número. Queremos ayudarles a encontrar los cuerpos de sus hijos caídos, o de los que aún puedan estar vivos. Y llevarlos de vuelta a Rusia”, dice el Arzobispo Mayor de los Greco Católicos en Ucrania.

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(ZENIT Noticias / Kiev, 01.03.2022).- Ofrecemos una traducción al castellano del mensaje que el Arzobispo Mayor de los Greco Católicos Ucranianos, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, envió a propósito del quinto día de la guerra y en el contexto de la Cuaresma. En esta comunicación también da a conocer una iniciativa para repatriar a Rusia los cuerpos de los soldados rusos caídos en la guerra.

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Alabado sea Jesucristo.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo

Hoy es lunes, 28 de febrero, y les envío palabras de bendición desde la capital de Ucrania, nuestra querida Kiev. Estamos en el quinto día de la sangrienta, inhumana y cruel guerra.

En estos días hemos visto el heroísmo de nuestros soldados, hemos visto la valentía de nuestro pueblo, hemos visto cómo incluso los ancianos se ponen debajo de los tanques para que no entren en sus pueblos y ciudades, hemos visto cómo pueblos enteros salen juntos a bloquear el camino a los tanques que invaden Ucrania, con las manos vacías.

Pero también hemos visto las atrocidades y el rostro inhumano de quienes nos matan. Los que suben a los niños y a las mujeres a los tanques para convertirlos en un escudo humano, para llevar la muerte y la destrucción al corazón, al interior de Ucrania [alusión al ejército de Putin. NDT].

Pero nos resistimos. Resistimos en la oración. Por nuestro ejército. Por nuestra patria. Por nuestro paciente pero sufrido pueblo ucraniano, del que, según la ONU, tenemos ahora casi cuatrocientos mil refugiados. En menos de cinco días. Pero resistimos. Resistimos en la oración.

Hoy es el primer día de Cuaresma en muchas de nuestras comunidades que siguen el calendario gregoriano. Te prometo que esta Cuaresma será muy especial para ti, porque juntos estamos en camino hacia la Pascua. Y la Pascua estará allí, porque nuestra Pascua es nuestro Señor Jesucristo resucitado.

Agradezco al Santo Padre que ayer, desde el Palacio Apostólico, haya vuelto a condenar con firmeza la guerra en Ucrania. Condenó firmemente a quienes, al iniciar una guerra contra otras naciones, luchan contra su propio pueblo. Agradezco al Santo Padre su apoyo, su oración por nosotros y su deseo de hacer todo lo posible para detener esta guerra.

Además, quiero dar las gracias a todos los que han expresado su deseo de ayudar a Ucrania y que están organizando ayudas de todo tipo. Hoy, en particular, les hago un llamamiento: hagamos todo lo posible para detener esta agresión, para detener la guerra. Incluso cuando esto parece imposible, incluso cuando los diplomáticos, los juristas y los jefes de Estado dicen que esto es muy difícil, recemos para que el Dios de la paz nos dé la sabiduría para detener la agresión con el diálogo. Porque sabemos que la diplomacia y el diálogo son la alternativa a la guerra. Y que siempre, al final de la guerra, hay que sentarse en la mesa de negociaciones. Que el diálogo y la diplomacia se impongan a la guerra.

Me gustaría apoyar la iniciativa que nuestros voluntarios han puesto en marcha bajo el nombre de «Vuelve vivo de Ucrania». Esta es una línea telefónica ucraniana para los familiares de los militares rusos que entraron en nuestra tierra como nuestros enemigos. Si alguien en Rusia ha perdido el contacto con sus hijos o maridos, enviados a ser asesinados en Ucrania, llame a este número. Queremos ayudarles a encontrar los cuerpos de sus hijos caídos, o de los que aún puedan estar vivos. Y llevarlos de vuelta a Rusia.

¡Que el Señor Dios envíe la paz a los corazones de las naciones! ¡Qué detenga la guerra! Que Dios nos ayude a ver la paz en Ucrania.

Traducción realizado por el director editorial de ZENIT.

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Redacción Zenit

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