(ZENIT Noticias / Kivu del Norte, 25.06.2024).- Un obispo congolés ha hecho un nuevo llamamiento a los líderes del país para que pongan fin al conflicto armado tras la masacre de unas 150 personas – entre ellas al menos 80 cristianos – por un grupo rebelde islamista a principios de este mes.
Al denunciar las “violaciones graves y constantes de la dignidad humana” el martes 18 de junio, el obispo Melchisedec Sikuli Paluku de Butembo-Beni pidió a las autoridades “poner fin a la difícil situación del pueblo congoleño”.
El grupo terrorista conocido como Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), afiliado a Daesh (ISIS), llevó a cabo matanzas en aldeas de la provincia de Kivu del Norte, en la parte oriental de la República Democrática del Congo (RDC), entre los días 4 y 8 de junio.
Los medios de comunicación informaron que una publicación en línea de Daesh indicó que uno de los ataques estaba dirigido específicamente a cristianos.
En su declaración, cuya copia fue enviada a la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), el obispo Paluku condenó las atrocidades cometidas “contra la población pacífica [que ha quedado] indefensa”.
Según el obispo los extremistas “violaron a niñas y mujeres; secuestraron a personas de las que hoy no hay rastro y mataron a muchas otras”.
Añadió que militantes de las ADF incendiaron casas, instalaciones médicas, negocios y vehículos, obligando a los supervivientes a huir de la zona.
El obispo prosiguió pidiendo “a las autoridades del país que pongan fin al calvario del pueblo congoleño, en general, y de la población de la diócesis de Butembo-Beni, en particular”.
Destacó que la terrible experiencia “ha durado demasiado en esta región mártir”.
El este de la República Democrática del Congo –una región rica en recursos naturales– ha estado plagado de violentas incursiones de grupos rebeldes desde los años 1990.
Mons. Paluku escribió que “con la movilización de todos los congoleños, el bien triunfará sobre el mal, la vida vencerá a la muerte y la verdad acabará por destruir la mentira”.
Concluyó: “Bajo la mirada amorosa de la Santísima Virgen María, Reina de la Paz, reitero mi compasión, mi cercanía y mi comunión con todos”.
El Papa Francisco también condenó las masacres y reiteró su llamado a las autoridades congoleñas y a la comunidad internacional a hacer “todo lo posible para poner fin a la violencia y preservar las vidas de los civiles” durante el Ángelus del pasado domingo 16 de junio.
El Papa destacó que entre las víctimas se encuentran “cristianos asesinados “in odium fidei” –por odio a la fe- que son, por tanto, “mártires”, cuyo “sacrificio es una semilla que germina y da fruto, enseñándonos a dar testimonio del Evangelio” con valentía y constancia”.
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