BELGRADO, 1 abr 2001 (ZENIT.org).- Pocas horas antes de que el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic fuera detenido, Juan Pablo II ha nombrado un nuevo arzobispo para Belgrado.
La decisión del pontífice tiene lugar después de que en meses pasados el arzobispo Franc Perko, 72 años, presentara su renuncia por motivos de salud. Le sustituye en momentos decisivos para el país monseñor Stanislaw Hočevar, quien de hecho trabajaba codo a codo con monseñor Perko, pues había sido nombrado obispo coadjutor de Belgrado.
Monseñor Hočevar, 56 años, salesiano, de origen esloveno, ha afirmado en declaraciones concedidas a la agencia «Adn-Kronos» que se considera y que quiere ser considerado «como parte del pueblo serbio».
Entrevistado después de que se hiciera público su nombramiento, ayer a mediodía, el nuevo arzobispo católico de Belgrado ha subrayado: «Es importante continuar por el camino de justicia, como desde hace tiempo está recorriendo el presidente Voislav Kostunica, en particular al instituir una Comisión especial para individuar las raíces, las responsabilidades y los crímenes de guerra en los Balcanes».
«Creo que es una señal importante para el pueblo, para todos nosotros, que el jefe de Estado junto al gobierno democráticamente elegido esté pasando a los hechos para entregar a la justicia los responsables de diez años de horrores», añade.
«Mirar en cara a la verdad histórica, poner ante sus propias responsabilidades a quien ha causado tanto mal es el único modo de proceder en el camino de la reconstrucción económica y social del país», añade monseñor Hočevar.
Por lo que se refiere a Kostunica, el nuevo arzobispo ha afirmado que «es muy abierto y disponible a las demás comunidades cristianas minoritarias en el país. Está apoyando activamente el trabajo pastoral de las Iglesias históricas. El de las sectas no; pero sí el de las Iglesias».
En este sentido, garantiza la colaboración de la Iglesia católica y del resto de las comunidades cristianas en la reconstrucción del país.
El ex presidente Milosevic fue detenido (se entregó voluntariamente, según sus colaboradores) a las 04.30 hora local de la mañana de hoy sin violencia, si se excluyen los cinco tiros disparados sin puntería ni consecuencias por la hija de Milosevic, Marija.
Según un ex colaborador de Milosevic, Dusan Mihajlovic, hoy ministro del Interior serbio, el ex líder yugoslavo ha sido puesto a disposición del juez de instrucción y que fue llevado a la cárcel debido a que el juzgado estaba cerrado por ser domingo.
Estados Unidos había dado a Belgrado como plazo hasta el 31 de marzo para demostrar su cooperación con el Tribunal Internacional de crímenes de guerra de La Haya, que acusó a Milosevic y exige su extradición. Si Yugoslavia demuestra que ha respetado estas condiciones, debería recibir 100 millones de dólares en ayuda y el apoyo estadounidense a la adhesión de Yugoslavia a instituciones financieras internacionales.
El primer ministro serbio, Zoran Djindjic, aseguró ayer que la detención de Milosevic se debe a su presunta violación de la legislación nacional y no a la acusación del Tribunal de La Haya.
Afirmó además que es «pura coincidencia» que el arresto del ex líder yugoslavo se produzca cuando se cumple el plazo dado para el ultimátum de Washington.