El Parlamento Europeo ha aprobado este martes el Informe Lunacek con 394 votos a favor, 176 en contra y 72 abstenciones. Esta resolución (que toma el nombre de su promotora, la eurodiputada austriaca Ulrike Lunacek, presidenta del Intergrupo sobre Derechos LGTB del Parlamento Europeo) pretende establecer una “Hoja de Ruta de la UE contra la homofobia y la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género”, según señala el propio título de la iniciativa.
En declaraciones a ZENIT, el CEO de CitizenGO, Álvaro Zulueta ha explicado que “con la aprobación del Informe Lunacek, el lobby gay ha conseguido una serie de privilegios que no tiene ningún otro colectivo”. “Y no sólo eso, sino que a partir de ahora esos privilegios van a tener rango de derechos humanos. Como si los derechos humanos no fueran universales”, ha añadido.
“La paradoja es que bajo el paraguas de la igualdad y la no discriminación, el derecho universal a la libertad de expresión quedará recortado para aquellos que piensan que el matrimonio es la unión estable entre un hombre y una mujer”, ha destacado.
Además, Zulueta ha lamentado que “las presiones del lobby gay y la aprobación del Informe Lunacek van a motivar que los miembros de la UE tengan que tipificar como delito la defensa de los valores familiares y los derechos de los niños”.
“¿Por qué ha salido adelante esta iniciativa? Sencillamente, porque el lobby gay tiene un grupo informal o caucus muy activo dentro del Parlamento Europeo. Este grupo de presión está compuesto por eurodiputados elegidos, empleados y activistas pagados que, liderados por el Intergrupo sobre Derechos LGTB, llevan años haciendo su trabajo. Esta gente ha logrado copar puestos de segundo y tercer nivel y ha ‘secuestrado’ a la gran mayoría de los eurodiputados”, ha asegurado el responsable de esta plataforma ciudadana internacional.
“A pesar de esta victoria del homosexualismo político, los europeos en su mayoría no están a favor de los privilegios del lobby gay. El propio Hollande ha dado marcha atrás en su proyecto de ley anti-familia en Francia”, ha apuntado Zulueta. Y es que “más de 210.000 personas — ha proseguido — firmaron la campaña de CitizenGO en contra de esta moción en el Parlamento Europeo”. “Este apoyo pone de manifiesto el abismo entre lo que la ciudadanía reclama a sus políticos y lo que estos están dispuestos a hacer para satisfacer los intereses de este colectivo privilegiado”, ha enfatizado.
Y ha concluido deseando que “los ciudadanos europeos tomen nota de quién votó qué, porque las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina: el próximo mes de mayo”.
Hasta ahora, ni la “homofobia” ni la “orientación sexual y la identidad de género” estaban definidas en ningún instrumento internacional de derechos humanos. Tampoco formaban parte de la legislación de la UE. Al aprobarse esta resolución, el Parlamento Europeo legitimará la pretensión ideológica de estos activistas a través de una “Hoja de Ruta de la UE”.
En breve, las instituciones de la UE y los Estados miembros deberán comprometerse con una incorporación global de la perspectiva homosexualista en todos los ámbitos de las políticas públicas, incluyendo no sólo las que corresponden a competencias nacionales clásicas -como son la salud pública y la educación- sino también el empleo, el asilo y las relaciones exteriores. El Informe Lunacek incluye un mecanismo de veto en toda la UE para la comunidad LGBT: ninguna legislación futura de la UE podrá contradecir los intereses de los activistas gays.
Además, la Hoja de Ruta será instrumentalizada para forzar a los Estados miembros a permitir “el matrimonio del mismo sexo para todos”, ya que insiste en los temas de ciudadanía, familias y libertad de movimientos. Las parejas del mismo sexo podrán asumir el derecho a la adopción, la fertilización in vitro y la maternidad subrogada. Y la Hoja de Ruta de la UE permitirá utilizar la coartada de “la incitación al odio” para silenciar a los críticos del homosexualismo y el activismo LGTB.
La incorporación de la perspectiva homosexual también se aplicará a los programas de la Comisión Europea para la juventud y la educación. Esto abre el camino para la existencia de cuotas de la comunidad LGTB para las becas Erasmus o los programas de intercambio de estudiantes para los adolescentes de la escuela secundaria.