No es el más fuerte el que sobrevive sino el que mejor se adapta a los cambios, sabe incorporarlos y, más aún, trata de descubrir, adelantarse y proponer lo más nuevo. Lo anterior no es una máxima del evolucionismo sino una constatación empírica del mundo de la tecnología, concretamente de internet. En su corta vida, la web ha visto nacer y desaparecer miles de iniciativas: muchas de ellas fueron paradigmas de la comunicación digital, parteaguas de nuevos proyectos que vinieron después.
Internet como lo conocemos hoy es una gran red social: no hay fronteras, la interacción es la norma, todos pueden ser emisores y los contenidos virales suelen venir de personas que de la noche a la mañana se convierten en celebridades. ¿Cómo descubrir y aprovechar todas esas posibilidades que brinda la web de inicios del siglo XXI en el campo confesional católico?
Daniel McInerny participó en el «Christian Leaders Technology Forum» de inicios de diciembre de 2013 en Silicon Valley, California. Escuchó las ponencias de gurús y sus aportaciones tanto en el ámbito de la aplicación tecnológica como de las ideas digitales al servicio del Evangelio. Haciendo una síntesis, McInerny recogió y publicó en Aleteia.org diez sugerencias que enriquecemos con algunos ejemplos prácticos más de webs católicas que van precisamente en la línea del tip esbozado.
1. Movilidad. Daniel McInerny recuerda que actualmente en el mundo hay más dispositivos móviles que cepillos de dientes: 4,000 millones para ser exactos. De ahí la interrogante: ¿está tu web preparada para que se acceda a ella desde dispositivos móviles? El Vaticano está a la vanguardia y si no mira la app oficial del Papa: http://www.thepopeapp.com/.
2. Conexión emocional. El consejo apunta a ver el modo de crear una conexión emocional con una base de fans: mostrar empatía, cercanía, etc. Ciertamente no como estrategia de marketing sino como corresponde a quien trata con personas de carne y hueso. ¿Tu web crea una conexión emocional? Mira cómo lo hacen en la fans page de Evangelidigitalización (https://www.facebook.com/evangelidigitalizacion).
3. Personalización. Una consecuencia del punto anterior: ¿en qué medida el visitante puede personalizar su experiencia en tu web? Un ejemplo de esto es Netflix que, incluso siendo una web de pago, se ha logrado posicionar como uno de los proyectos digitales más importantes de 2013.
4. Marcar la diferencia. O en otras palabras: ¿qué da tu web que no dé ninguna otra? Daniel McInerny recuerda que marcar la diferencia no equivale a 15 minutos de notoriedad. Menciona el caso de «Carity: Water» («Caridad: Agua»: http://www.charitywater.org): el proyecto marca la diferencia porque hace caridad llevando agua a quien no la tienen. Ejemplos en esta misma línea son Misas.org (http://www.misas.org/), donde se pueden encontrar horarios de misa en todo el mundo; o http://www.whynotpriest.org/es, el primer portal vocacional que se valió de videos para presentar la vocación sacerdotal a los jóvenes.
5. La generación Y. Son la generación de los que nacieron con internet bajo el brazo. No tuvieron que migrar sino que son nativos digitales. Y muchos de esos jóvenes buscan respuestas en la web a sus preguntas más profundas. ¿Qué lenguaje se utiliza en tu web para hablarles a ellos? ¿Son conceptos que entienden o que sólo entiende el webmaster del portal? ¿El tipo de contenidos que se carga incluye material multimedia? El proyecto Arguments (http://www.arguments.es/) es un ejemplo en este campo con sus ya famosos videos (http://www.youtube.com/user/catequesisarguments).
6. Humor. Ya lo decía el Cardenal Dolan: el cristiano es alguien alegre porque Cristo resucito, la historia de Jesús no terminó el Viernes Santo. El humor es una de las mejores maneras de hacer conexión. Y curiosamente –así lo señala McInerny– el humor crea confianza. En la web las cosas serias también pueden contarse de modo positivo. ¿Cómo es tu modo de comunicar? Mira cómo lo hacen los del proyecto «Rápido y Curioso»: https://www.youtube.com/ImparareRoma.
7. Contenido e historias. Es la sustancia de todo proyecto. Y las personas quieren esos contenidos ya no sólo pensando en que les aporten valor sino también gratuitamente. ¡Pero a cambio dan su confianza! La cuestión es ineludible: ¿cómo es el contenido de la propia web? Si la respuesta es: «soso», entonces no hay que olvidar que las historias reales de personas siguen siendo atractivas. Hoy por hoy interesa no sólo la vida de las «estrellas» de Hollywood sino también la de los héroes que dejan el anonimato para convertirse en testigos de la fe gracias a la web. Ejemplos en esta línea son CatholicLink.com (http://catholic-link.com/) o la fans page de Buenas Noticias (https://www.facebook.com/BuenasNoticias.Org).
8. Transparencia. Especialmente para quienes vinculan los proyectos a campañas de recaudación de fondos. McInerny vuelve a traer a cuento el caso de «Charity: Water»: las personas que donan pueden rastrear cada centavo que donan de forma que conocen el destino final de su dinero (vea https://www.charitywater.org/donate/). Y en esa misma línea va, por ejemplo, ZENIT News Agency (https://donations.zenit.org/es).
9. Nube. El autor se refiere a las facilidades técnicas para conservar todos los contenidos en servidores que dan esa posibilidad en la web (por ejemplo, y sin afán exhaustivo, Google Drive, Dropbox, etc.). ¿Y tú qué usas para guardar tus contenidos?
10. Dinero y partners. Finalmente se pone el dedo en ese problema común como lo es la economía. Al respecto se recomienda identificar a líderes sociales que podrían interesarse en tu proyecto ofreciéndoles, naturalmente, un beneficio a cambio. «Hay que buscar partners, no limosna». Y no sólo se trata de dinero sino de trampolines para nuestra misión: bloggers y líderes de opinión que puedan hacer conocer más y mejor nuestro proyecto. En este sentido son ejemplares los casos de Catholic.net (http://es.catholic.net/) y Aleteia.org (http://www.aleteia.org/es) que son plataformas para contenidos de terceros.
* El autor es analista de ZENIT News Agency para temas relacionados con medios de comunicación, internet y periodismo religioso.