La Autoridad de Información Financiera (AIF) del Vaticano fue admitida en el Grupo Egmont, que reúne las Unidades de Información Financiera (FIUs) a nivel global. Lo indicó este miércoles la Sala de Prensa del Vaticano con un comunicado.
Es un nuevo paso hacia la adecuación a los standard internacionales que cumple el Vaticano y su ‘banco’, el Instituto para las Obras de Religión (IOR), en la línea de transparancia emprendida por Benedicto XVI e impulsada por el papa Francisco.
Con motivo de su 21° plenaria que se realiza en Sun City, en Afríca del Sur, el Grupo Egmont que reúne las FUIs a nivel global ha admitido a la AIF de la Santa Sede y Estado de la Ciudad del Vaticano como miembro a pleno título.
La participación en el Grupo Egmont significa ingresar en una red global de unidad de información financiera y facilita el intercambio de informaciones para luchar contra los crímenes financieros. Para la Santa Sede esto representa un nuevo paso en la participación en este empeño internacional.
“La admisión del AIF en el Grupo Egmont –indicó René Bruelhhart, director del AIF– representa el reconocimiento de los esfuerzos sistemáticos de la Santa Sede y de la Ciudad del Vaticano para identificar y combatir el reciclaje de dinero y el financiamiento al terrorismo”. Y añadió: “nuestra inserción en esta red global promoverá aún más la capacidad de contribuir a la lucha contra los crímenes financieros”.
El Grupo Egmont fue fundado en 1995 y actualmente tiene sus FIUs en más de 130 países.
El 22 de mayo pasado, fue presentado el primer informe anual 2012 por la AIF, en el que se ha señalado seis actividades financieras sospechosas en el IOR.
El 8 de mayo de 2013 La AIF firmó un acuerdo con el Financial Crimes Enforcement Network (FinCEN), en Washington DC, para fortalecer los esfuerzos en la lucha contra las operaciones de financiación del terrorismo y el blanqueo de dinero a nivel mundial.
En julio del pasado año, la comisión UE Moneyval para la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo dio un ‘ampliamente conforme’ al IOR si bien invitó a dar ulteriores pasos para colmar lagunas, si bien reconoció que el Vaticano había un largo camino en muy poco tiempo.
El 30 de diciembre de 2010, Benedicto XVI inició este camino con la publicación de una carta apostólica en forma de motu proprio «para la prevención y el contraste de las actividades ilegales en el ámbito financiero y monetario», que entró en vigor el 1 de abril, con el objetivo de lograr que la Santa Sede se convierta en un ejemplo elocuente de ética económica y financiera en todas sus actividades. A inicios de enero de 2011 Benedicto XVI nombró a las autoridades de la AIF.