BRUSELAS, jueves 15 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- “En Irak no existe libertad religiosa”, manifestaron dos obispos iraquíes -el arzobispo de Erbil, monseñor Bashar Matti Warda, y el arzobispo caldeo de Mosul, monseñor Emil Nona- al presidente del Consejo de Europa, Hermann van Rompuy, en un encuentro que mantuvieron en Bruselas este martes 13 de septiembre.
Los prelados explicaron al mandatario europeo que el artículo tres de la Constitución iraquí concede una especie de primacía al derecho islámico, ya que ninguna ley puede contravenir la sharia, informó Ayuda a la Iglesia Necesitada.
También expresaron su deseo de que los cristianos reciban ayudas para construir escuelas, lo que redundaría en beneficio de toda la sociedad iraquí. Según los arzobispos Warda y Nona, el noventa por ciento de los niños que acuden a escuelas cristianas proceden de familias musulmanas.
“La educación ayudaría a desarrollar una nueva cultura, así como la libertad religiosa, abriendo nuevas perspectivas a los jóvenes”, afirmó el arzobispo Warda.
Por su parte, Van Rompuy se interesó por las circunstancias en que viven las familias cristianas iraquíes, por la situación de la mujer en el país, por el futuro de los cristianos en la antigua Mesopotamia, por la protección de los refugiados y por cómo podría ayudar Europa.
También trasladó a los obispos iraquíes el creciente interés que está suscitando en las instituciones de la Unión Europea la situación y el futuro de los cristianos en los lugares donde sufren algún tipo de persecución y, de forma especial, en Oriente Medio.
En febrero de 2011, la Unión Europea condenó la persecución y los ataques que sufren los cristianos en muchos lugares del mundo. En esa declaración, los Veintisiete reconocían que la libertad religiosa es un derecho fundamental de todos los seres humanos que debe ser protegido «en todas partes».
Para los responsables de Exteriores de los países miembros de la UE, es responsabilidad de las autoridades nacionales «proteger a sus ciudadanos, incluyendo a los que pertenecen a minorías religiosas», así como a aquellas personas que se encuentran «bajo su jurisdicción».
Los dos obispos se refirieron al testimonio de los cristianos y otras personas que sufren en Irak. En la arquidiócesis de Mosul, los cristianos y las iglesias han recibido repetidos ataques y el propio predecesor de monseñor Nona murió en cautividad en marzo de 2008.
Según monseñor Warda, desde 2003, más de 500 cristianos han sido asesinados por razones religiosas o políticas, 66 iglesias han sido atacadas y 4.000 familias cristianas iraquíes han dejado la diócesis de Erbil, en el norte kurdo de Irak, para escapar de la violencia y la intimidación.
La reunión del martes, de media hora de duración, se enmarca en un programa de visitas organizado por iniciativa de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Los obispos mantuvieron conversaciones también con varios eurodiputados y con el antiguo Presidente del Parlamento Europeo y actual presidente de la Fundación Konrad Adenauer, Hans-Gert Pöttering, así como importantes funcionarios de la Comisión Europea.
Irak es uno de los países prioritarios para Ayuda a la Iglesia Necesitada. Durante el año pasado se destinaron 567.697 euros para ayudar a las comunidades católicas que permanecen en el país a pesar de las hostilidades que sufren por parte de grupos radicales. Desde el inicio de la guerra, miles de caldeos iraquíes han tenido que salir del país.