BUENOS AIRES, lunes 14 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- El postulador de la causa de beatificación del cardenal argentino Eduardo Pironio, padre Giuseppe Tamburrino, visitó Mar del Plata, para reunir información sobre la vida de santidad de quien fue el obispo de Mar del Plata, y avanzar así en el proceso para declararlo beato y después santo.
El sacerdote ha revelado a la agencia católica AICA que en estos momentos estudia la posibilidad de que se haya realizado un milagro en un niño, atribuido a la intercesión del cardenal Pironio.
El pequeño, según el sacerdote, «había ingerido purpurina y cuando lo llevaron al hospital estaba en una situación muy grave, con dificultad para respirar y con consecuencias letales. Mientras él estaba en terapia intensiva pasó la Marcha de la Esperanza, los padres bajaron y encontraron a un sacerdote de Mar de Plata que les dio una imagen del cardenal con la oración y así empezaron a rezarle».
Los hechos se produjeron en 2006 y se tenía certeza de que en casos precedentes las consecuencias eran mortales, «pero el niño, con la oración del cardenal Pironio, después de una semana, se sanó», destaca, al tiempo que reveló que existe otro posible milagro por su intercesión con otro niño, en Santiago de Chile.
El cardenal Eduardo Francisco Pironio falleció el 5 de febrero de 1998 en Roma, donde el 23 de junio de 2006 se inició la fase diocesana del proceso de beatificación.
«El proceso de beatificación se articula en dos partes: la documental y la testimonial. En la primera se examinan los libros publicados a través de dos teólogos para verificar la rectitud de la doctrina, así también documentos de archivos y otros escritos suyos, como las cartas que el Cardenal ha escrito personalmente y son millares. Por otra parte hay casi 90 testigos, de la Argentina, Italia, España. Ellos son personas que han tenido contacto con Pironio y que pueden testificar sobre las virtudes teologales, cardinales y morales en él», precisa el padre Tamburrino.
Asimismo, aclara: «si hay un milagro se hace un proceso sobre éste, y se averigua si se trata de un caso excepcional, es decir, que los médicos no pueden explicar el éxito del mismo porque supera los conocimientos de la ciencia. Cuando se llega a comprobar la fama de santidad, el ejercicio de las virtudes heroicas, y el milagro, se puede proceder a la beatificación».
Consultado sobre aquello que más le llamó la atención durante este arduo proceso, el padre Tamburrino expresó «la concordancia de todos en la fama de santidad del cardenal. Ninguno me ha dicho que no, todos dicen ‘es un santo’ y eso es muy alentador para mí».
Junto a Juan Pablo II, el cardenal Pironio fue el creador de las Jornadas Mundiales de la Juventud, siendo presidente del Consejo Pontificio para los Laicos.
Anteriormente, había sido prefecto para la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada. Pablo VI lo creó cardenal el 24 de mayo de 1976, después de haber trabajado durante muchos años en el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).