En 1951 en ocasión de la fiesta de San Francisco Javier, patrono de los misioneros, seis religiosos expulsados de la China comunista llegaban al archipiélago asiático, dando comienzo a una presencia del Carmelo masculino. Las hermanas ya estaban desde 1933.
Los religiosos fueron acogidos en la diócesis de Nagoya por el entonces prefecto apostólico monseñor Matsuoka Magoshiro. Uno de ellos vive todavía, el padre italiano Piergiuseppe Teruzzi.
Las celebraciones culminarán con una misa solemne programada para el 8 de diciembre.
Actualmente los Carmelitas Descalzos están presentes en cuatro diócesis: Nagoya, Tokio, Kioto y Oita. En total, los religiosos son 38, de los cuales 22 japoneses.