ROMA, jueves 20 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Después de la publicación por parte de la Academia de Al Azhar del Cairo de un comunicado en el que prevé la interrupción de encuentros con la Santa Sede, el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha subrayado la voluntad de continuar con el diálogo.
«El Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso está recogiendo las informaciones necesarias para una comprensión adecuada de la situación», afirma el portavoz vaticano.
«En todo caso, la línea de apertura y el deseo de diálogo del Consejo Pontificio permanece inalterada», aclara.
Según ha explicado la edición francesa de Radio Vaticano, el Consejo de la Academia de investigación islámica de la Universidad de Al Azhar, considerada por la mayoría de los musulmanes sunníes como la escuela más prestigiosa, ha decidido este jueves interrumpir el diálogo con la Santa Sede.
«La decisión fue tomada al final de una reunión extraordinaria. Una reacción a los llamamientos repetidos de Benedicto XVI sobre la necesaria protección de las minorías cristianas en Oriente Medio», aclara la emisora pontificia.
Ante el atentado contra la comunidad copta en Egipto, en la noche del 31 de diciembre pasado, Benedicto XVI manifestó su conmoción por este «este vil gesto de muerte», que «ofende a Dios y a toda la humanidad».
Un coche bomba explotó ante la iglesia de los Santos al final de la misa de la medianoche del último día del año, provocando 21 muertos y varios heridos.
«Ante esta estrategia de violencia que tiene como blanco a los cristianos, y tiene consecuencias para toda la población, pido por las víctimas y sus familiares, y aliento a las comunidades eclesiales a perseverar en la fe y en el testimonio de no violencia que nos viene del Evangelio», dijo el Papa.
Las palabras del Papa habían provocado la reacción del imán de Al Azhar, la autoridad más importante del islam sunní en Egipto, quien deploró que el Santo Padre no mencionara la protección de los musulmanes. Acusó al mismo tiempo a Benedicto XVI de injerencia en los asuntos internos del país.