El laicismo también afecta a zonas de Tierra Santa

Según el vicario de la Custodia de Tierra Santa

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TARRAGONA, jueves, 28 febrero 2008 (ZENIT.orgVéritas).- En la región de Galilea, los cristianos corren el mismo peligro que los cristianos en Europa: ven su fe diluida por el laicismo. Así lo señaló el vicario de la Custodia de Tierra Santa, Artemio Vítores O.F.M., en una rueda de prensa que ofreció este jueves en la Casa del Arzobispado de Tarragona, acompañado por el arzobispo de Tarragona, monseñor Jaume Pujol, previa a diversas  conferencias que ofrecerá esta tarde y en los próximos días en Tarragona.  

El franciscano también se refirió a los problemas que viven los cristianos en la ciudad de Belén, «que podemos perder».  

«La segunda Intifada ha convertido la ciudad en una cárcel, en la que se necesita permiso para poder ir a trabajar a Jerusalén; además ha reducido, durante cinco largos años,  el número de peregrinos a su mínima expresión, poniendo a una ciudad que vive del turismo en una situación extrema y llevando a mucha gente a emigrar», explicó Vítores.  

«Si desaparecen los cristianos de Tierra Santa, los Santos Lugares se transformarán en museos, sitios bonitos a los que les han robado el alma», advirtió.  

También alertó de la reducción de cristianos en la zona, que han pasado de representar el 60% de la población en el año 1967 a sólo el 15% en la actualidad. Concretamente en Jerusalén, el año 1948, el 20% de la población era cristiana y hoy sólo lo es el 1,4%.  

El padre Vítores afirmó que pese a todos los conflictos, «la paz es una esperanza por la que vale la pena luchar» y destacó que «hay que enseñar la  tolerancia como única condición para vivir».  

El religioso señaló que los franciscanos creen que «el cristianismo se puede salvar con escuelas, escuelas abiertas a todo el mundo en la que se respeta la identidad del otro y, en el fondo, son instituciones que se acaban convirtiendo en talleres de convivencia».  

El sacerdote pidió ayuda para los cristianos de Jerusalén «porque ellos  nos han dado la vida» y recordó las palabras de san Fructuoso, quien, poco antes de morir martirizado en Tarragona, señaló que «hay que preocuparse de todos los cristianos, de Oriente a Occidente».  

En este sentido, monseñor Pujol explicó que, en su arquidiócesis, «uno de los proyectos sociales planificados para el Año Jubilar es la ayuda a Tierra Santa», ayuda que se canaliza no sólo a través de las lámparas que se venden en la Oficina del Peregrino sino, entre otros aspectos, animando a los fieles para que la colecta de Viernes Santo, destinada a Tierra Santa, sea lo más generosa posible.

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ZENIT Staff

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