CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 15 febrero 2007 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha hecho un llamamiento a la responsabilidad para que tengan éxito las negociaciones que buscan detener la carrera de armamentos nucleares promovida por Corea del Norte.
La petición del Papa aparece en una carta que le entregó este jueves al presidente de la República de Corea, Roh Moo-hyun, al recibirle en audiencia en el Vaticano.
«Aliento a todas las partes interesadas a esforzarse para resolver las tensiones actuales con medios pacíficos y a abstenerse de cualquier gesto o iniciativa que pueda poner en peligro las negociaciones, asegurando que se garantice a la parte más vulnerable de la población norcoreana el acceso a la ayuda humanitaria», afirma la misiva del Papa.
La audiencia tuvo lugar en el día en el que Corea del Norte y Corea del Sur acordaron reanudar sus encuentros ministeriales, en Pyongyang, después de que el diálogo fuera suspendido tras el ensayo de bomba nuclear que realizó Corea del Norte en octubre.
Ministros de los dos gobiernos mantendrán negociaciones del 27 de febrero al 2 de marzo, según un comunicado conjunto enviado este jueves por fax desde Gaesong, Corea del Norte, donde se encontraron los representantes de los dos gobiernos.
En su carta, el Papa constata además que «durante más de cincuenta años, el pueblo coreano ha sufrido las consecuencias de la división».
«Las familias han quedado separadas, los parientes cercanos alejados los unos de los otros».
El Papa pide al presidente coreano que diga a estas familias «que me siento espiritualmente cerca de ellos en su sufrimiento».
«Con compasión, rezo por una rápida solución del problema que impide a tantas personas comunicarse entre sí», añade.
El Papa expresa su reconocimiento a todos aquellos que, en Corea, «trabajan para mantener y defender el carácter sagrado de la vida, el matrimonio y la familia, ámbitos en los que la Iglesia católica en Corea es particularmente activa».
Tras dar gracias a Dios por el gran desarrollo económico que ha experimentado en los últimos años Corea del Sur, el obispo de Roma invita al gobierno coreano «a aunar sus esfuerzos con todos aquellos que trabajan por la promoción del bien común y de la justicia social» para que toda la población pueda disfrutar de estos beneficios.
Tras la audiencia con el Papa, el presidente coreano fue recibido por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado.
Según reveló posteriormente un comunicado emitido por la Santa Sede, «en los coloquios se habló de las relaciones cordiales entre la Santa Sede y la República de Corea, además del entendimiento y la cooperación existentes entre la Iglesia Católica y las autoridades civiles».
«Se abordó también el tema de la situación política y social en Asia Oriental y en particular, el proceso de reconciliación en la península coreana, así como el respeto y la promoción de los derechos humanos en esa región», concluye la nota vaticana.