ROMA, jueves, 14 diciembre 2006 (ZENIT.org).- El obispo Agathanghelos, de Fanarion, es director general de la organización «Apostoliki Diaconia», que en la Iglesia Ortodoxa de Grecia se ocupa de las misiones, de la formación de los seminaristas y de la actividad editorial.
El mismo Benedicto XVI subrayó este jueves, en el discurso que dirigió a Su Beatitud Christodoulos, arzobispo de Atenas y de toda la Grecia, que la visita que realizó el obispo Agathanghelos en enero pasado al Vaticano fue un paso decisivo en las relaciones entre ortodoxos y católicos.
En esta entrevista concedida a Zenit, cuya primera parte fue publicada este miércoles (Cf. 13 de diciembre), el obispo Agathanghelos hace un balance de estas relaciones.
–¿La Iglesia ortodoxa griega puede servir de ejemplo para las otras Iglesias ortodoxas del diálogo ecuménico con la Iglesia católica?
–Obispo Agathanghelos: Creo que todo hombre de buena voluntad puede descubrir el sentido de tal diálogo y aprender a dialogar. La colaboración entre las Iglesias no puede ser equiparada a las relaciones entre los estados. Esta colaboración tiene muchos aspectos y uno de estos son las visitas que permiten superar los prejuicios. Es algo muy importante, especialmente ahora, cuando empezamos la nueva etapa del diálogo entre nuestras Iglesias. Quiero subrayar un hecho: muchas Iglesias y Patriarcados (Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, Patriarcado de Alejandría, de Jerusalén, Iglesia de Chipre, de Albania) colaboran con nosotros y nombran a los profesores de Teología griegos para los contactos ecuménicos.
–La Iglesia católica está muy preocupada por cómo van ciertas cosas en la Unión Europea, especialmente en la promoción de la nueva visión del hombre y de la familia, que contradice la antropología cristiana. ¿La Iglesia ortodoxa comparte esta preocupación?
–Obispo Agathanghelos: Nosotros tenemos los mismos temores que ustedes. Constatamos con tristeza que Europa, especialmente la occidental, se aleja del cristianismo. Los políticos no reconocen la identidad de nuestro continente que es fruto de nuestra historia y que no se puede negar. Es un grave problema por tanto que debemos afrontar colaborando entre nosotros.
–¿Pero cómo convencer a los políticos de la Unión Europea para que renuncien a las políticas que atacan a la familia si ciertas Iglesias protestantes reconocen las uniones homosexuales?
–Obispo Agathanghelos: Por eso el diálogo entre las Iglesias católica y ortodoxa es tan importante. Nos unen muchísmas cosas: la tradición común, la teología, la sucesión apostólica, opiniones sobre bioética, derechos humanos, paz en el mundo. Durante mil años, hemos vivido juntos, durante mil años consecutivos estuvimos separados. En el curso de la historia se dieron momentos dramáticos, a menudo nos sentimos heridos, pero esto no quiere decir que hoy no podamos vivir como hermanos.
–¿De qué manera nuestras Iglesias pueden oponerse conjuntamente a la política anticristiana y al proceso de secularización del mundo occidental?
–Obispo Agathanghelos: Quiero hacer sólo una reflexión. Nuestro diálogo teológico puede dar el testimonio de Cristo. Hoy la gente que está en búsqueda de la verdad nos pregunta: ¿Por qué estáis divididos? ¿Cómo podemos convencer a nuestros fieles del amor de Cristo si estamos divididos?
–Usted ya se ha entrevistado con Benedicto XVI…
–Obispo Agathanghelos: Para mí fue algo muy importante encontrarme con el Papa Benedicto XVI y escuchar personalmente sus palabras. Tras la visita, salimos fortificados en el espíritu, para trabajar todavía más por la reunificación de nuestras Iglesias. Estos son nuestros proyectos humanos. Pero si tenemos buenas intenciones y corazones abiertos, Dios nos bendecirá: la historia del mundo y de la Iglesia están en sus manos.