Así lo denuncia la agencia del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME) «Asianews», que confirmó el pasado martes de Pascua que prosigue la campaña de la «Asociación Patriótica» y del Partido Comunista orientada a suprimir la comunidad católica «no oficial» del lugar.
En China el gobierno permite la práctica religiosa sólo con personal reconocido y en lugares registrados ante la Oficina de Asuntos Religiosos y bajo el control de la «Asociación Patriótica» (AP).
De ahí la diferencia que afirman entre una Iglesia «oficial» y los fieles que tratan de salirse del citado control para ponerse en obediencia directa del Papa formando la Iglesia «no oficial» o «clandestina».
De acuerdo con fuentes de la agencia del PIME en la provincia, la situación «es siempre durísima»; «en un alto porcentaje, católicos «no oficiales» de la diócesis de Baoding, por falta de sacerdotes, se vieron obligados a no celebrar la Pascua»; «se quedó cada uno en su casa, leyendo a escondidas el Evangelio o el Misal sin comunicarse con los demás por miedo a la violencia de la policía».
El obispo diocesano, monseñor Giacomo Su Zhimin –de 72 años– fue detenido en 1996; desde entonces está desaparecido. Su auxiliar, monseñor Francesco An Shuxin –de 54 años–, corrió la misma suerte un año después. Varios sacerdotes de la misma diócesis se encuentran en prisión.
Para participar en Misa, algunos han tenido que hacer «hasta 300 kilómetros para poder ir a otra diócesis donde celebraron la Pascua en una iglesia “clandestina”», prosiguen las fuentes.
Una fuerte mayoría de los más de millón y medio de católicos de Hebei son «no oficiales».
De acuerdo con la agencia especializada en el contexto asiático, además de los dos prelados ya nombrados, están detenidos o bajo vigilancia: monseñor Giulio Jia Zhiguo –obispo de Zhengding–, quien desde su última detención, en noviembre, permanece en lugar desconocido; monseñor Han Dingxian –obispo deYongnian–, desaparecido desde finales de 2005; y monseñor Yao Liang –obispo auxiliar de Xiwanzi– .
La atención policial también se centra, con detenciones, vigilancia, y hasta violencia, en sacerdotes y seminaristas, especialmente de las diócesis de Baoding o Zhengding, confirma «Asianews».