El Papa clama por la paz en su mensaje de Pascua

En particular en África, Oriente Medio y Latinoamérica

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 16 abril 2006 (ZENIT.org).- El primer mensaje de Pascua de Benedicto XVI se convirtió en una reivindicación de paz en nombre de la resurrección de Jesús para las zonas ensangrentadas del planeta, en particular, para África, Oriente Medio y América Latina.

En el día en que cumplía 79 años y tres días antes de su primer aniversario como pontífice, el Papa Joseph Ratzinger, tras celebrar la misa del Domingo de Resurrección, leyó un mensaje de confianza para «esta época nuestra marcada por la inquietud y la incertidumbre».

«Jesús ha resucitado y nos da la paz; Él mismo es la paz», afirmó. «Que la humanidad del tercer milenio no tenga miedo de abrirle el corazón. Su Evangelio sacia plenamente el anhelo de paz y de felicidad que habita en todo corazón humano».

«Cristo resucitó porque Dios es amor» dijo en latín al concluir su mensaje leído en italiano.

Escuchaban al Santo Padre, en una mañana soleada que había contradicho las previsiones meteorológicas, unas cien mil personas congregadas en la plaza de San Pedro, así como centenares de millones de personas que seguían el acontecimiento por radio y televisión (102 canales de televisión de 65 países).

El Papa propuso la esperanza que ofrece la resurrección de Jesús a los puntos calientes del planeta, comenzando por las poblaciones de la región sudanesa de Darfur, «que atraviesan una dramática situación humanitaria insostenible».

Su mensaje llegó también «a las regiones de los Grandes Lagos, donde muchas heridas aún no han cicatrizado; a los pueblos del Cuerno de África, de Costa de Marfil, de Uganda, de Zimbabwe y de otras naciones que aspiran a la reconciliación, a la justicia y al desarrollo».

Al pasar su mirada por Oriente Medio, el Santo Padre deseó que «en Irak prevalezca finalmente la paz sobre la trágica violencia, que continúa causando víctimas despiadadamente».

También deseó «ardientemente la paz para los afectados por el conflicto de Tierra Santa, invitando a todos a un diálogo paciente y perseverante que elimine los obstáculos antiguos y nuevos».

«Que la comunidad internacional, que reafirma el justo derecho de Israel a existir en paz, ayude al pueblo palestino a superar las precarias condiciones en que vive y a construir su futuro encaminándose hacia la constitución de un auténtico y propio Estado», exhortó el Santo Padre.

El obispo de Roma alentó también «un renovado dinamismo en el compromiso de los países de Latinoamérica, para que se mejoren las condiciones de vida de millones de ciudadanos, se extirpe la execrable plaga de secuestros de personas y consoliden las instituciones democráticas, en espíritu de concordia y de solidaridad activa».

Este repaso de la actualidad internacional llevó al sucesor del apóstol Pedro a afrontar «las crisis internacionales vinculadas a la energía nuclear», exigiendo que se llegue «a una salida honrosa para todos mediante negociaciones serias y leales».

En este sentido, pidió que «se refuerce en los responsables de las naciones y de las organizaciones internacionales la voluntad de lograr una convivencia pacífica entre etnias, culturas y religiones, que aleje la amenaza del terrorismo».

«Éste es el camino de la paz para el bien de toda la humanidad», afirmó.

Antes de su mensaje, el Papa presidió la eucaristía en una plaza de San Pedro que junto al altar se había convertido en un auténtico jardín de miles de flores de todos los colores, en particular, margaritas, rosas, lirios, violetas, narcisos y tulipanes.

Tras el mensaje, felicitó en 63 idiomas por la Pascua al mundo, entre otros, en árabe, hebreo, y chino.

Hablando en castellano, dijo entre aplausos: «¡Os deseo a todos una buena y feliz fiesta de Pascua, con la paz y la alegría, la esperanza y el amor de Jesucristo Resucitado!».

Benedicto XVI, que ha presidido todas las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa en el Vaticano, se ha transferido en la tarde de este domingo a la residencia pontificia de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros de Roma, para pasar unos días de mayor tranquilidad.

El próximo miércoles, 19 de de abril, viajará en helicóptero al Vaticano para poder participar en la semanal audiencia general. En ese día, se celebrará el aniversario de su elección como obispo de Roma.

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ZENIT Staff

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