El documento, impreso en 4.000 copias, ha sido difundido como suplemento del periódico católico «Svet Evangelja» («La luz del Evangelio»).
Se trata de la primera traducción de la encíclica, pero no tiene carácter oficial. Por este motivo, los obispos rusos han anunciado que quieren pedir al Vaticano su aprobación para poderla publicar en forma de libro.