La petición fue presentada este miércoles por el observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), monseñor Francesco Follo, ante la Asamblea plenaria del Consejo ejecutivo de este organismo celebrada en la capital francesa.
Según el prelado, la comunidad internacional debe reconocer como parte integrante del patrimonio cultural y artístico de toda la humanidad los «bienes culturales de interés religioso», pues se trata de una cuestión que afecta a «los aspectos objetivos de la diversidad cultural».
«Hay que constatar que la Convención no tiene en cuenta este tipo de bienes ni de su carácter particular», reconoció monseñor Follo.
Por este motivo, hizo un llamamiento a prestar una mayor consideración «al aspecto religioso, que no es un simple apéndice en la vida de las personas, sino que forma parte de sus aspiraciones legítimas».