CIUDAD DEL VATICANO, 20 junio 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II confesó este miércoles que se dispone a emprender con «gran esperanza» su primera visita a Ucrania para confirmar en la fe a los católicos del país y promover el compromiso ecuménico con la Iglesia ortodoxa.
La peregrinación de cinco días, que el obispo de Roma comenzará el próximo sábado, ha suscitado la oposición del patriarcado ortodoxo de Moscú, que se opone al renacimiento de las comunidades de católicos de rito oriental en esas tierras, a quienes Stalin obligó sin éxito a pasar por la fuerza a la Iglesia ortodoxa.
El viaje internacional número 94 de los casi 23 años del Papa Wojtyla, como él mismo reconoció, constituye «un deseo que desde hace tiempo llevo en el corazón».
Al final de la audiencia general de este miércoles, el Santo Padre aseguró en la plaza de San Pedro del Vaticano: «Doy gracias al Señor por la oportunidad que me ofrece de recorrer las huellas de los misioneros que, al final del primer milenio de la era cristiana, enviados por las Iglesias de Oriente y de Occidente, anunciaron el Evangelio en aquella parte de Europa. Desde entonces la historia de aquellos pueblos no puede comprenderse totalmente sin hacer referencia al cristianismo».
«Me preparo para ir a Ucrania con gran esperanza –añadió antes de despedirse de los miles de peregrinos–. Mi objetivo es el de confirmar en la fe a nuestros hermanos y hermanas de la comunidad católica, y también el de promover el compromiso ecuménico, en obediencia a la palabra de Cristo: «¡Que todos sean uno!»».
Por último, el pontífice invitó a todos los presentes en la audiencia a acompañarle con la oración en esa visita pastoral, que él mismo confío a la Virgen Santa, «sumamente venerada en Ucrania».
«Que ella guíe mis pasos –concluyó–. Que obtenga para el pueblo ucraniano una nueva primavera de fe y de progreso civil».
