¿Cómo celebran los católicos orientales la Cuaresma y la Semana Santa?

Acercamiento al otro pulmón con que respira la Iglesia

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Por José Antonio Varela Vidal

ROMA, lunes 19 marzo 2012 (ZENIT.org).- La Cuaresma y la Semana Santa se viven desde donde sale el sol hasta el ocaso, es decir, de oriente a occidente… Por eso, al asomar más allá, se descubren muchas manifestaciones y ritos del catolicismo en oriente, aunque ya no estén ubicados geográficamente en un solo lugar.

Tal es el caso del padre o archimandrita Manuel Nin, quien es español, vive en Roma y es el rector del Colegio Pontificio Griego. Allí se forman seminaristas, quienes casados o célibes, dirigirán comunidades de rito bizantino sea en Jerusalén o en Ucrania, en Grecia o en América, en Italia o en el Líbano.

ZENIT visitó esta tradicional estructura ubicada en el corazón de Roma, a unos pasos de la plaza de España, para acercarnos mejor a ese “otro pulmón con el que respira la iglesia católica”, en palabras del beato Juan Pablo II.

¿Cómo se celebra la Cuaresma y la Semana Santa en la iglesia católica de rito bizantino?

–P. Nin: En las Iglesias de tradición bizantina se subraya el periodo de Cuaresma como un tiempo especial de oración y ayuno. Un aspecto importante es que en las iglesias bizantinas durante la Cuaresma solo celebran la eucaristía los sábados y domingos, como pascua semanal. Cada semana es la preparación a la pascua semanal, así como toda la Cuaresma es la preparación a la pascua anual.

¿Qué otra tradición tienen en este tiempo?

–P. Nin: Otra es que cada domingo se consagra la eucaristía también para la comunión de los miércoles y viernes de Cuaresma, en lo que se llama la ‘Liturgia de los dones pre-santificados’. Porque en las vísperas de esos días se termina comulgando con la eucaristía, visto como viático y fuerza, como don del Señor para ese camino cuaresmal, y es muy participada por los fieles.

¿Cómo se vive el ayuno?

–P. Nin: La tradición bizantina prevé la abstinencia de carne y de lácteos toda la Cuaresma, que es muy observada en los monasterios. En las familias y las parroquias depende de cada tradición local. En la tradición bizantina se subraya que junto a esto, el cristiano tiene que ayunar de palabras vanas, de hacer el mal, de las críticas, de las murmuraciones, desde lo profundo del corazón.

Esto va en línea del mensaje del papa por la Cuaresma sobre la corrección fraterna, ¿no?

–P. Nin: Sí, el mensaje del papa tiene entre líneas aspectos que son muy bizantinos e orientales. La corrección fraterna, que lleva a la reconciliación con el hermano, es muy importante en la Cuaresma también en oriente. Al final de las completas durante cada día de la Cuaresma, sea el abad o el rector o el párroco, pide perdón a todos y se postra a tierra y dice ‘soy pecador, recen por mi’. Y toda la comunidad responde ‘el Señor te perdone’. Y todos pasan a besarle la mano como signo de reconciliación.

¿Cómo orientan a los fieles acerca de la oración en este tiempo?

–P. Nin: Casi se duplica la cantidad de momentos de oración. Los seis salmos que hay cada día en maitines o en vísperas pasan a 9 o a 12. Pero sobre todo se subraya que en el profundo del corazón el cristiano viva un clima de oración.

¿Y la limosna?

–P. Nin: Es una pedagogía de la Iglesia para hacernos participar de la misericordia misma de Dios. Dar al otro que tiene necesidad, y recordarnos que el Señor nos da cada día porque estamos necesitados de muchas cosas. Que nunca pasemos al lado del hermano necesitado sin ver por él…

En la Semana Santa, ¿ustedes también celebran el Triduo pascual?

–P. Nin: La palabra triduo es más de tradición latina. Nosotros le llamamos la Gran Semana o la Semana Santa. Las celebraciones son las mismas que se celebran en el año pero con textos y salmos propios. Tenemos un momento por la tarde del Viernes Santo, en que un lienzo con la imagen bordada o pintada de Cristo muerto va en procesión por la iglesia o fuera de ella, entonando el canto del ‘llanto fúnebre’, que más que de tristeza, pone en boca de cada cristiano el dolor pero sobre todo la esperanza de ver resucitado a ese Cristo que llevamos a sepultar.

¿Y el Jueves Santo?

–P. Nin: Por la mañana tenemos solo la celebración de la eucaristía en la mañana, donde el obispo en la catedral consagra el crisma y se celebra la institución de la eucaristía. Y se lee como evangelio el lavado de pies, la traición de Judas y la institución de la eucaristía. En la tarde empieza la celebración de maitines y de laudes del Viernes Santo y se leen 12 perícopas evangélicas de toda la pasión de Cristo.

¿Tienen el rito del lavado de pies?

–P. Nin: Sí, pero en las catedrales y solo lo hace el obispo, porque es el que hace las veces de Cristo en la diócesis, quien le lava los pies a 12 sacerdotes.

Proseguimos con el sábado…

–P. Nin: El Sábado Santo por la mañana se celebra ya la primera misa pascual, que es un poco el paralelo de lo que se encontraba en la tradición latina antes de la reforma de Pío XII, quien la llevó a la noche del sábado. Realizamos esta misa con la anáfora de san Basilio, que es una de las oraciones eucarísticas bizantinas. Antes del evangelio, el sacerdote esparce hojas de laurel por toda la iglesia, para que al pisarlas perfume el ambiente, de tal forma que al final de esa celebración la iglesia se empieza a llenar del perfume de la resurrección, de la vida que viene de Cristo.

¿Hay algo más en la noche?

–P. Nin: En medianoche empiezan los maitines de Pascua con la iglesia a oscuras. Se hace el rito de la luz, se canta el evangelio de la Resurrección que se proclama fuera del templo con las puertas cerradas. Y acabada la lectura, el sacerdote con una cruz en la mano se acerca a la puerta que está cerrada y golpea tres veces. Adentro ha quedado alguien que ha encendido los cirios e iluminado todo el interior durante el canto del evangelio, quien abre la puerta para que la comunidad ingrese a una iglesia llena de luz y de vida. Luego se prosigue toda la liturgia pascual que puede durar hasta 5 horas según el ritmo del canto…

¿Y el domingo?

–P. Nin: La praxis cambia en cada parroquia, pero donde hubo una ceremonia larga, ese día no hay ninguna celebración hasta la tarde en que se celebran las vísperas de Pascua. En esta se lee el evangelio de la Resurrección otra vez en distintas lenguas como el latín, griego y en las lenguas del lugar. Donde no ha habido misa la noche anterior, se celebra en la mañana del domingo por razones pastorales.

¿En qué lengua se celebra el rito bizantino?

–P. Nin: La tradición de las iglesias bizantinas es de gran adaptación al lugar donde están. Cuando la Iglesia se expandió en el primer milenio y durante el segundo milenio, lo primero que hicieron los misioneros fue traducir a la lengua del lugar la biblia y el misal. Por eso hoy encuentras celebraciones bizantinas en griego, paleoslavo, ucranio, rumano, italiano, español, portugués… Lo propio es que se celebre en la lengua del lugar, aunque por conservar la tradición se mantienen partes en griego, así como algunos cantos.

El rito oriental valora mucho el canto, las oraciones y el rito, ¿no?

–P. Nin: Todas las tradiciones orientales subrayan que la liturgia es un lugar de belleza y debe ser bella, bien celebrada. Pero no por estética, sino porque nuestro punto de referencia es Cristo en el salmo 44 que dice “Tú eres el más bello entre los hijos de los hombres”. Se cuida mucho esto para evitar caer en la banalidad. Mis alumnos latinos de la universidad San Anselmo me dicen que por suerte los orientales tenemos una liturgia bella, y les digo que es verdad pero nadi
e prohibe que la liturgia occidental latina también sea bella, y hay que cuidarla. Es más sobria, pero una liturgia bien celebrada, incluso en los detalles, es bella en oriente y en occidente.

¿Nos explica los símbolos que llevan los sacerdotes u obispos?

–P. Nin: Generalmente los obispos orientales llevan una medalla que es un icono que llevan en el pecho, como pectoral, que si bien es una representación de la Madre de Dios, es un icono de la Iglesia porque el obispo la lleva en su corazón. Lo que es el anillo en la Iglesia latina, para el obispo oriental este icono es su símbolo esponsal. Otros ponen un icono más de Cristo o llevan tres, como es el caso de los arzobispos mayores o patriarcas. Los sacerdotes y el archimandrita, que significa cabeza de un rebaño, llevan una cruz. Los obispos portan también un bastón más pequeño a ceremonias o invitaciones, que siempre es una simbología de que son pastores.

¿Y el velo que cae por detrás del gorro?

–P. Nin: El velo significa la consagración monástica, es como la capucha de occidente, que significa que es un monje. Si no lo lleva es entonces un sacerdote casado, porque como sabemos en las iglesias orientales, ortodoxas o católicas, se ha conservado el doble clero.

¿Puede explicarnos esta distinción?

–P. Nin: Los seminaristas que deciden ser sacerdotes casados, deben casarse antes del diaconado y luego se ordenan diáconos o sacerdotes. Aquí quisiera aclarar porque se piensa que “en oriente los sacerdotes se casan”. No es verdad, Oriente ordena personas que previamente se han casado, y si ya te han ordenado diácono ya no puedes casarte porque el discernimiento se hace antes.

¿Usted es casado?

–P. Nin: No, yo soy benedictino.

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ZENIT Staff

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