Ecumenismo: unidad pero respetando las diferencias

Segunda visita del cardenal Walter Kasper a Bielorrusia

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MINSK, miércoles 11 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Entre las comunidades católica y ortodoxa hay diferencias históricas y de tradición. “No queremos y no podemos sencillamente borrar esas diferencias. Pero para nosotros, los cristianos, el amor es el mandamiento definitivo. Debemos estar dispuestos a perdonar y superar la culpa por una mejor comprensión de los otros».

Así lo proclamó el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, durante la eucaristía celebrada en la archicatedral de la Bienaventurada María de Minsk, el pasado domingo 8 de noviembre.

Con esta celebración dio comienzo a su segundo viaje a Bielorrusia, en esta ocasión, invitado por el Metropolita ortodoxo Filarete de Minsk, y acompañado por el arzobispo de Washington, cardenal Theodore McCarrick.

El motivo de este viaje es mantener un encuentro con el Metropolita Filarete y los profesores del Instituto de Teología de la Universidad estatal de Bielorrusia.

El dicasterio vaticano, afirmó el cardenal Kasper, “ha estado cooperando con el Metropolita Filarete y con el Instituto de Teología durante años. Ahora somos buenos amigos y nos guía el mismo objetivo: trabajar juntos para alcanzar la comunión plena entre las Iglesias católica y ortodoxa”.

En la eucaristía estuvieron presentes monseñor Tadeusz Kondrusiewicz, arzobispo de Minsk-Mohilev, y el visitador apostólico de los Greco-católicos de Bielorrusia, el archimandrita Siarhej Hayek.

El cardenal Kasper subrayó la “significativa contribución” de los católicos bielorrusos para “promover la unidad cristiana en este país”.

Quiso recordar también que el diálogo ecuménico “no tiene lugar sólo en las conferencias de teología, sino en la vida diaria”.

“En nuestro día a día encontramos muchos cristianos ortodoxos: entre vecinos, en los lugares de trabajo, y a menudo también en las familias”.

“Tenemos que interesarnos unos en otros, interesarnos en la fe de nuestros vecinos, en la forma en que cada uno es guiado por su fe, y respetar esto en unos y en otros”.

Tras la Misa, el purpurado bendijo un Via Crucis, obra del escultor Andryenka Uladzimir Aliaksandravich.

Al día siguiente, los cardenales Kasper y McCarrick, acompañados por monseñor Kondrusiewicz, visitaron al Instituto de Teología “San Cirilo y San Metodio” de Minsk.

Allí, el cardenal Kasper volvió a insistir en la importancia del diálogo ecuménico, “cuyo ánimo, ante todo, es el de encontrar respuestas a los peligrosos y complicados retos del presente”.

Uno de ellos, según recordó el cardenal MacCarrick, es el que afronta la Comisión Intercristiana, en la búsqueda de soluciones pacíficas del conflicto de Tierra Santa.

En todo caso, subrayó el cardenal McCarrick, al menos en su país, Estados Unidos, “la relación entre los representantes cristianos es buena, y los ortodoxos y los greco-católicos no son una excepción”.

Más información: www.catholic.by

[Por Inma Álvarez]

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ZENIT Staff

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