El gran duque de Luxemburgo recibe el premio Van Thuan

Reconocimiento de la fundación San Mateo en Roma

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 16 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- El gran duque Henri de Luxemburgo así como cuatro fundaciones originales de Italia, Francia, Tailandia y Colombia han recibido este miércoles en la ciudad de Roma el premio Van Thuan 2009.

El reconocimiento lo otorga la fundación San Mateo, fundada en el año 2007 en memoria del antiguo presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz, hoy siervo de Dios, el cardenal vietnamita François Xavier Nguyen Van Thuan, quien falleció en el año 2002.

Según el cardenal Renato Raffaele Martino, presidente de ese dicasterio vaticano y de la fundación San Mateo, este reconocimiento busca destacar «el compromiso a favor de la defensa de la vida», así como alentar a «personas que dedican su vida a proyectos humanitarios de grande valor social, ejemplo de verdadera pasión por lo humano y verdadero amor por Cristo».

La fundación les otorga así a los galardonados la suma de 15 mil euros –excepto al duque Henri I– para apoyar en el desarrollo de sus obras sociales. Igualmente les dará a cada uno una réplica de la escultura de San Mateo que está situada en la cripta de la catedral de la ciudad de Salerno, al sur de Italia, donde según la tradición se encuentran los restos del evangelista y apóstol.

La fundación San Mateo busca promover iniciativas para favorecer la presencia de la Iglesia católica en varios ámbitos de la sociedad a través del estudio y la difusión de la Doctrina Social de la Iglesia.

Henri de Luxemburgo, en defensa de la vida

El actual monarca del ducado de Luxemburgo Henri I junto con su esposa Maria Teresa Mestre crearon la fundación «Grand – Duc Henri – Grande Duchesse Maria Teresa» cuyo objetivo principal es la asistencia humanitaria.

Su Alteza real Enrique I es también miembro activo de la Mentor Foundation, creada con el patrocinio de la Organización Mundial de la Sanidad para evitar el consumo de droga entre los jóvenes.

Según el cardenal Martino, el monarca se hizo merecedor de este reconocimiento: «Por su compromiso y por su trabajo en la defensa de los derechos humanos, del derecho a la vida y a la libertad religiosa».

Además aseguró que «es padre de una bella familia de cinco hijos. El objetivo del premio es el de dar a conocer a las personas que viven según su propia fe»

El gran duque actuó con valentía y «según su propia fe» al oponerse el año pasado a la ley aprobada por el Parlamento de su país y que legaliza la eutanasia, afirmó Martino.

Parroquias que generan desarrollo

También recibe este reconocimiento la fundación Comis, fundada por monseñor Andrea Vece, en la parroquia de la Virgen de Fátima en la ciudad de Salerno, al sur de Italia.

Su objetivo es evangelizar a los no bautizados mediante la construcción de parroquias en territorios que carecen de ellas. Desde su fundación en 1989 ha construido ocho parroquias en África, Asia y América Latina. También busca generar proyectos de desarrollo ya sea agrícola o ganadero, alrededor de las mismas.

ALAS para la libertad

Igualmente recibe este galardón el proyecto ALAS, de la fundación Caminos de libertad, creada en 1997 en la Arquidiócesis de Bogotá, Colombia.

Busca la construcción de un centro nacional para ofrecer un trabajo de evangelización a los presos y ex encarcelados así como a sus familias, promoviendo siempre la dignidad humana, la justicia, y desarrollo integral.

Invidentes que desarrollan sus talentos

Otra fundación a la que se le entrega este premio es «Skills development centre for the blind» «Centro de desarrollo de habilidades para los ciegos», que tiene su sede en Pakkred, Nonto Haburi, en Tailandia.

Busca ayudar, a través de cursos bianuales, a personas invidentes para que refuercen y desarrollen otras facultades y poder así entrar al mundo del trabajo.

Trabajo con los inmigrantes en Francia

Por su parte la asociación Le Rocher, fundada por el joven francés Cyril Tisserand, miembro de la comunidad del Emmanuel, tiene como objetivo realizar trabajos educativos y sociales al servicio de los barrios «sensibles» de las ciudades de Francia.

Se trata de un trabajo de acompañamiento y evangelización para los inmigrantes de parte de voluntarios que viven allí.

Según el cardenal Martino este premio busca reconocer «el alto perfil de personalidades que se han distinguido por su compromiso a favor de la defensa de la dignidad y de la centralidad de la persona humana».

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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