El obispo de Río consagra a los jóvenes de la JMJ, a la Virgen de Fátima

Lo hará en el santuario portugués al presidir la Peregrinación Internacional el 12 y 13 de mayo

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Don Orani João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro, este año presidirá la mayor de las celebraciones anuales del Santuario de Fátima: la Peregrinación Internacional por el aniversario del 13 de mayo de 1917.

Don Orani le dijo a ZENIT que le agradeció al obispo portugués de Leiria, Don António Marto, por la deferencia de haberle invitado, como suele hacer cada año con un obispo de alguna parte del mundo.

“Con mucha alegría –indicó don Orani- acepté y le dije que aprovecharía la oportunidad de estar en Fátima para consagrar la Jornada Mundial de la Juventud”.

El arzobispo de Río añadió que «para mi alegría, el propio papa Francisco me pidió que su pontificado sea consagrado a Nuestra Señora de Fátima». En una misma fecha se reúnen así tres grandes asuntos: “la gran solemnidad de Fátima, los jóvenes que serán consagrados a Maria y la consagración del actual pontificado”.

«Para todos nosotros es un momento importante que nos permitirá colocarnos ante el mensaje de Fátima, de todo aquello que significa y de su llamado a la conversión», precisó.

¿Por qué consagrar la Jornada Mundial de la Juventud a Nuestra Señora? Don Orani explicó que «evidentemente nosotros no consagramos la entidad», sino «a la juventud que participará en ella, de manera que escuchando el mensaje de Fátima sienta a esta Madre muy presente en su vida y viva realmente todo este mensaje que es un llamado a la conversión y al cambio”.

Al finalizar ayer el breve el encuentro, después de la reunión del Consejo de Comunicacional Social, del cual Don Orani también es presidente, en la sede de Senado Federal en Brasilia, ZENIT le preguntó qué se espera de la evangelización hoy, en consonancia con lo que ha indicado el papa Francisco y con el documento de Aparecida.

«Cuando los apóstoles –indicó el arzobispo de Río– comenzaron a predicar el evangelio no esperaron que la gente viniera hacia ellos, sino que fueron de ciudad en ciudad, de región en región para predicarlo. Eso permitió que los apóstoles difundieran el evangelio por el mundo. Si se hubieran quedado donde estaban no habrían salido de Jerusalén”. Y añadió que “por causa de la persecución, por llamado, o porque los apóstoles fueron enviados, salieron a predicar”.

“Y lo que el papa Francisco está retomando –dijo– es el documento de Aparecida. La Iglesia en Brasil nos dice que debemos ir adonde está el pueblo, de casa en casa, a los barrios a predicar el evangelio, ir junto a las personas para predicar la Palabra de Dios”.

“Además de acoger a las personas en la Iglesia, todos nosotros –concluyó el arzobispo brasileño– padres o laicos que seamos, tenemos una misión evangelizadora dondequiera que estén las personas, tanto geográficamente, como en las diversas situaciones humanas en que se encuentren».

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Thácio Siqueira

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