Enérgica condena del arzobispo de Bombay por el atentado del lunes

Se cobró la vida de medio centenar de personas

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BOMBAY, 26 agosto 2003 (ZENIT.org).- El cardenal Ivan Dias, arzobispo de Bombay, ha manifestado su firme condena por las bombas que, camufladas en dos taxis, sacudieron la ciudad el lunes pasado provocando la muerte a 52 personas y heridas a unas 150.

«Los responsables de estos bárbaros ataques, cualesquiera que sean sus motivos personales, deben darse cuenta de que la violencia nunca puede ser solución a problema alguno y que sólo puede crear otros nuevos y peores», se lee en el comunicado difundido este martes por el arzobispado.

En la nota se expresa la cercanía del prelado hacia las víctimas y sus familiares, el deseo de una pronta recuperación de los heridos y la petición a las autoridades de asegurar que los responsables de estos ataques sin sentido no eludan la justicia.

Los explosivos se ocultaban en los asientos posteriores o en los maleteros de dos taxis. Uno estaba aparcado en las proximidades de la Puerta de la India, un emblemático monumento. El otro se encontraba en un estacionamiento a poca distancia del templo hindú de Mumba Devi, al norte del bazar Zaveri, la zona de orfebres hindúes que exportan joyas a todo el mundo.

El doble atentado ha tenido como objetivo dos de los puntos turísticos más importantes de la ciudad, por lo que se teme que entre las víctimas haya numerosos extranjeros.

El gobierno indio relaciona los ataques con el tenso enfrentamiento entre hindúes y musulmanes desatado en 2002 en el Estado de Gujarat, según ha informado el viceministro del Estado de Maharashtra –cuya capital es Bombay–, Chhagan Bhujpal.

Aunque nadie ha reivindicado la autoría de los ataques, el viceprimer ministro del país acusó al Movimiento Islámico de los Estudiantes de la India (SIMI) de estar detrás de ellos, aliado del grupo violento pro-paquistaní Lashkar-e-Tayyaba, proscrito en 2001.

La explosiones se produjeron en el momento de máxima concurrencia en ambos lugares, poco después de las 13.00 horas, cuando los empleados salían a comer y las calles del bazar se llenaban de compradores procedentes de otras ciudades del Estado de Maharashtra.

Pocas horas después, la policía ferroviaria de Bombay encontró sobre las vías cercanas a la ciudad 100 detonadores, según informó el canal televisivo NDTV.

Los detonadores estaban sobre las vías de la línea Thane-Igatpuri, habitualmente utilizada por millones de peregrinos para acudir a la mayor fiesta hindú, la Kumb Mela, que tiene lugar estos días.

«La comunidad católica de Bombay proporcionará todo el apoyo a los afectados por los atentados y hará todo lo que pueda para ayudar a mantener la paz y la armonía en la ciudad que con orgullo es conocida como “Ubs Prima in Indis”», concluye el comunicado del arzobispado.

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ZENIT Staff

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