WASHINGTON, viernes 18 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- Un grupo de obispos hispanos se reunió ayer en Washington con legisladores, tanto demócratas como republicanos, para hablar sobre la doctrina social católica y algunos temas de actualidad.
Según un comunicado de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, el grupo de prelados, encabezado por monseñor José Gómez, arzobispo de San Antonio, Texas, se reunió con los políticos para hablar sobre sanidad e inmigración, sobre una reforma justa de la ley de inmigración, sobre vivienda y pobreza, y sobre educación.
Monseñor Gómez explicó que los obispos «son muy conscientes de la importante contribución de las comunidades hispanas a la prosperidad y al bienestar de los Estados Unidos, a pesar de que estas mismas comunidades sufren bajo el peso de una política rupturista de inmigración, así como a la falta de acceso a la educación de calidad, a una atención médica adecuada y a oportunidades económicas».
El arzobispo de Texas observó que la reunión se había convocado «para reafirmar los principios de la enseñanza social católica sobre la dignidad de todos los seres humanos desde su concepción hasta su muerte natural y sobre la centralidad del bien común».
«Ofrecemos estos principios basados en la ética social y en nuestra herencia religiosa como líneas guía constructivas para lograr una resolución justa y equitativa de los debates políticos hacia estas cuestiones fundamentales», prosiguió el prelado.
«Nos unimos ha otros líderes hispanos y a toda la gente de buena voluntad en alzar nuestras voces para afirmar lo más claramente posible los principios básicos de la justicia social para todos», añadió.
Formaban parte de la delegación monseñores Ricardo Ramírez, obispo de Las Cruces (Nuevo Mexico), Jaime Soto, obispo de Sacramento (California), James Tamayo, obispo de Laredo (Texas), Carlos Sevilla, obispo de Yakima (Washington), y Edgar Da Cunha, obispo auxiliar de Newark (Nueva Jersey).
El comunicado afirma que los obispos hablaron a los legisladores «a favor de una reforma sanitaria universal y que respete la vida y la dignidad de todos, incluyendo a los pobres y los inmigrantes legales».
También subrayaron la necesidad de una reforma justa de la política de inmigración, y señalaros varios elementos claves que ésta debería incluir.
Los prelados mostraron su apoyo a «una política nacional de vivienda que incluyera la conservación y la construcción de viviendas de calidad para las familias recién llegadas, los ancianos y otras personas vulnerables».
También pidieron programas de ayuda para estudiantes y profesores, para conseguir más recursos y para recibir más asistencia en el campo de la educación.
