CASTEL GANDOLFO, jueves, 24 agosto 2006 (ZENIT.org).- Benedicto XVI realizó este martes por la tarde una inesperada excursión junto a su hermano sacerdote a la localidad de Nemi, cercana a Castel Gandolfo, donde transcurre estos días de verano, para visitar el Santuario del Santísimo Crucifijo.
Entre otras cosas, el Santo Padre y monseñor Georg Ratzinger, de 82 años, que pasa unos días junto a su hermano en Castel Gandolfo, visitaron a los religiosos Mercedarios, que residen en el Santuario.
«Ha sido una visita privada al santuario y al convento», ha explicado el padre Giacinto Masala, responsble del santuario.
El Papa había dejado la residencia veraniega de Castel Gandolfo en torno a las 16,30, acompañado por su hermano. Al llegar a Nemi, se detuvo en adoración ante el Santísimo y ante el Crucifijo del Santuario.
A continuación, presidió las Vísperas de la Beata Virgen María y al salir del Santuario se detuvo para saludar a las personas que se habían congregado al tener noticia de la visita del Papa. A las 19,00 regresó a Castel Gandolfo.
En declaraciones a «Radio Vaticano» este jueves, el padre Masala reconoió que la visita ha sido una sorpresa, pues sólo les habían avisado unas horas antes.
«Al entrar en la Iglesia, el Papa prestaba mucha atención a su hermano», «pues tenía algo de dificultad para caminar. Tengo que decir que el Papa prestaba más atención a su hermano que a todo lo demás. Es muy bella esta actitud del Papa».
En sus comentarios a los religiosos, el Papa reconoció que lo que más le impresiónó del Santuario, que no había visitado antes, fue el Crucifijo, obra del fraile Vincenzo da Bassiano en el siglo XVII.
Monseñor Ratzinger fue durante años director del Coro de la Catedral de Ratisbona, de renombre mundial. Benedicto XVI tiene previsto visitar a su hermano en su casa de Ratisbona durante su viaje a Baviera el próximo mes de septiembre.
