Japón recuerda el tsunami: El papa y la Iglesia estuvieron cerca de nosotros

Entrevista al embajador Hidekazu Yamaguchi

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Por H. Sergio Mora

ROMA, lunes 12 marzo 2012 (ZENIT.org).- Un año después del terremoto y del tsunami, Japón ha revalorizado el rol de la amistad y las estadísticas indican que entre los jóvenes hay ganas de formar una familia en un país con una natalidad mínima.

Una tragedia semejante ni siquiera los científicos habían logrado predecirla, lo que llevó al emperador en persona por primera vez después de la II Guerra Mundial a hablar en directo con el pueblo japonés. Una tragedia que despertó la solidaridad de 163 países, del papa y de la Iglesia a través de instituciones como Caritas. Pero también convocó a un verdadero ejército de voluntarios decididos a ayudar en la emergencia.

Lo explicó este lunes el embajador de Japón ante la Santa Sede, Hidekazu Yamaguchi, en el primer aniversario del terremoto y tsunami, en una entrevista a ZENIT que les proponemos a continuación.

¿Cuál fue la reacción de la Santa Sede y de la Iglesia?

–Embajador Yamaguchi: Después de esta catástrofe el papa habló unas dos o tres veces en el  ángelus y por su puesto hemos enviado sus palabras a Tokio. Además envió un telegrama directamente al emperador Akihito expresando su sentimiento y dando coraje a la población japonesa.

Y no solamente. Benedicto XVI envió al cardenal Robert Sarah, presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, directamente al sitio. También Caritas Internacional intervino e hizo un apelo a todas las Caritas del mundo para una colecta en favor de las víctimas de la catástrofe.

¿Diversas intervenciones por lo tanto?

-.Embajador Yamaguchi: Sí, y es muy interesante por ejemplo que el ahora cardenal Antonio Maria Vegliò, creó un fondo invitando a todos los marinos del mundo a ayudar a sus colegas de Japón. También el cardenal Bernard Francis Law realizó un concierto el 20 de abril del año pasado, y fue el primero que me llamó directamente a mi residencia, expresando sus condolencias y me pidió que fuera al evento para sensiblizar, lo que acepté con placer.

Y la comunidad de San Egidio realizó una vigilia de oración en Santa María en Trastevere; y la Universidad Gregoriana dos eventos, que incluyeron un concierto.

¿Y de la Secretaría de Estado? 

–Embajador Yamaguchi: El cardenal Tarcisio Bertone envió un telegrama a la conferencia episcopal de Japón, demostrando el sentimiento de dolor de la Iglesia católica hacia las víctimas y esto lo hemos apreciado. Por ello recientemente bajo orden de mi Gobierno, he organizado una cena en mi residencia para expresar nuestro agradecimiento a esas personas.

¿Incluso ahora de reciente, verdad? 

–Embajador Yamaguchi: Ayer domingo en la iglesia Santa Maria dell’Orto en Trastevere, el cardenal Giovanni Lajolo realizó una misa y nos dio coraje. Y el viernes pasado, la comunidad de San Egidio realizó otra vigilia de oración en la iglesia de Santa María en Trastevere.

La Iglesia católica está mostrando su simpatía hacia los supervivientes y nos da coraje, por lo que nuestra embajada va a realizar ahora un concierto en Santa María la Mayor, con el un nuevo cardenal español Abril y Castelló.

El papa en Pascua el año pasado respondió en televisión incluso a una niña japonesa que le preguntaba los motivos del tsunami. 

–Embajador Yamaguchi: Francamente esta noticia no fue muy difundida en Japón, pues la comunidad es pequeña, o sea 450.000 personas, vale a decir 0,4% de la población, particularmente situadas en Nagasaki y Tokio.

¿Cómo vivieron los japoneses esta catástrofe?

–Embajador Yamaguchi: Los japoneses están acostumbrados a las calamidades naturales, ocurren muchas veces, volcanes, terremotos, inundaciones, pero esta vez la magnitud fue demasiado grande. Hoy sabemos que hubo tres epicentros y ningún científico lo había previsto ni lo podían imaginar.

¿Las medidas de prevención existentes entretanto eran importantes, incluso una ciudad tenía un dique antitsunami?

–Embajador Yamaguchi: En dicha ciudad hay muchas víctimas porque tenían confianza en esta estructura y no la evacuaron. En el mundo todos estaban sorprendidos de que los japoneses estaban muy calmos, es una característica inculcada desde pequeño “si usted es un hombre no demuestre su sentimiento delante del otro”. Por lo tanto no lloramos delante de otros pero estando solos sí, es una tradición samurai.

¿Qué ha cambiado en Japón después de la catástrofe?

–Embajador Yamaguchi: Esta catástrofe ha cambiado muchas cosas en Japón, como la confianza en la ciencia. Y también cambió la vida, por ejemplo consumir mucha energía hoy es mal visto porque todos están cooperando con la petición del gobierno de bajar el consumo de electricidad. Debemos cambiar la energía atómica, usando más energía limpia, en particular la geotérmica. Se pensaba que la energía nuclear era muy segura y hora es mal vista. Pero Japón ha prometido reducir sus emisiones de gas por lo tanto hay que buscar otros métodos para producirla que no sean los antiguos.

Delante de tanto dolor ¿cuál es la relación con el Creador?

–Embajador Yamaguchi: Desde el principio de la catástrofe mucha gente pensó en la fatalidad, la ubicación del Japón, los volcanes etc. No podemos evitarlo. Entretanto con el pasar del tiempo se siente muy fuerte el deseo de familia y hay una tendencia a pensar nuevamente a la familia. Es muy interesante porque los jóvenes no querían casarse pensando en la libertad individual. Ahora quieren tener familia. Es algo sorprendente.

¿Estadísticamente también?

–Embajador Yamaguchi: Sí, existe esta tendencia. Una noción un poco olvidada en la vida del Japón moderno que ahora ha encontrado espacio, porque la disminución de la población es el mayor problema de muestro país.

¿Y la solidaridad cómo fue vivida?

–Embajador Yamaguchi: Creció la importancia que se le da a la amistad, hay muchos voluntarios que vienen para ayudar. Amistad también con otras naciones, 163 países ofrecieron su participación y ayuda. Personalmente creo que tenemos tantos países amigos gracias a nuestra política y diplomacia, porque Japón nunca ha participado después de la II Guerra en la resolución de problemas utilizando la fuerza y ha cooperado con todos los países. Estados Unidos por ejemplo envió unos veinte mil soldados para ayudar en la primera emergencia. 

¿Y el emperador qué hizo?

–Embajador Yamaguchi: ¡Ah!, el emperador Akihito por primera vez después de la Segunda Guerra se dirigió al pueblo. Su padre Irohito al terminar el conflicto mundial había hablado a su pueblo anunciando la derrota de Japón. Desde entonces es la primera vez que un emperador se ha sentado delante del micrófono y en directa televisiva, dando coraje a su pueblo. El emperador ha querido hacer sentir su presencia. Fue la mayor tragedia después de la Segunda Guerra.

¿O sea que el emperador es muy querido?

–Embajador Yamaguchi: Sí, al punto que cuando ahora último fue su operación al corazón la población estuvo muy inquieta. Ahora está él mejorando.

¿Y los voluntarios quiénes fueron?

–Embajador Yamaguchi: La comunidad japonesa de católicos ha enviado muchos voluntarios al sitio para ayudar a la gente, pero no solamente, hay muchos voluntarios sin connotación religiosa que quisieron asistir a las víctimas. Las empresas por ejemplo dejaban que sus empleados fueran a hacer voluntariado continuando a pagarles el sueldo. Para no hablar de todos los trabajadores que operan para detener la radioactividad incluso poniendo su vida en peligro.

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ZENIT Staff

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