Los católicos que aprueben el aborto se ponen en situación objetiva de pecado

Nota final de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española

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MADRID, lunes, 30 noviembre 2009 (ZENIT.org).- Se celebró en Madrid, del lunes 23 al viernes 27 de noviembre, la 94ª reunión de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE). En la misma, entre otros temas, los obispos abordaron el proyecto de ley del aborto, y afirmaron que los católicos que den su voto a favor se ponen en situación objetiva de pecado. Así mismo, publicarán próximamente dos documentos, uno relativo a la crisis económica y otro dirigido a los sacerdotes.

La Asamblea se inauguró el lunes 23 de noviembre con el discurso del presidente, cardenal Rouco Varela (ver: http://www.zenit.org/article-33387?l=spanish).

Tras el discurso del cardenal Rouco, tomó la palabra el nuevo nuncio apostólico en España, monseñor Renzo Fratini. En su saludo, dijo valorar la historia de este país que ha sabido expresar la fe en una cultura a lo largo de los siglos. “Las raíces cristianas están ahí –destacó–, tenemos que ser optimistas y positivos, sobre todo no olvidar que es Dios quien con su providencia amorosa dirige los hilos de la historia. En Cristo no puede faltarnos la esperanza”.

Durante esta Asamblea Plenaria celebraron dos elecciones de cargos de la CEE. Monseñor Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla, como miembro del Comité Ejecutivo de la CEE, y el obispo de Ávila Jesús García Burillo, como presidente de la Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural.

El jueves, los obispos recibieron en la sala de la Plenaria a la presidenta y al secretario general de Manos Unidas, Myriam García Abrisqueta y Rafael Serrano, acompañados de un numeroso grupo de trabajadores y colaboradores. Con este encuentro los obispos quisieron rendir homenaje a esta ONG de la Iglesia en su 50º aniversario. El cardenal Rouco, en nombre de la Asamblea, agradeció la entrega generosa de todos los que trabajan y colaboran en este proyecto que lleva medio siglo “declarándole la guerra al hambre”, como afirmaba su manifiesto fundacional.

La Asamblea concluyó cuando el Congreso de los Diputados comenzaba el debate sobre el “Proyecto de Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo” [que posteriormente superó la primera votación en la Cámara]. Ante un asunto de tanta trascendencia para la sociedad española, los obispos hicieron varias consideraciones.

En primer lugar, recomiendan encarecidamente la lectura de su Declaración del pasado 17 de junio de la Comisión permanente titulada “Sobre el anteproyecto de ley del aborto: atentar contra la vida de los que van a nacer convertido en ‘derecho’”.

En segundo lugar, recuerdan que este proyecto de ley, como dice la Declaración,  “constituye un serio retroceso respecto de la actual legislación despenalizadora, ya de por sí injusta”. “Nadie que atienda a los imperativos de la recta razón puede aprobar ni dar su voto a este proyecto de ley –añaden–. En particular, los católicos deben recordar que si lo hacen, se ponen a sí mismos públicamente en una situación objetiva de pecado y, mientras dure esta situación, no podrán ser admitidos a la Sagrada Comunión (Cf. Carta del Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de junio de 2004, al Presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos de América)”.

En tercer lugar afirman que “los católicos estamos por el ‘sí’ a la vida de los seres humanos inocentes e indefensos que tienen derecho a nacer; por el ‘sí’ a una adecuada educación afectivo-sexual que capacite para el amor verdadero; por el ‘sí’ a la mujer gestante, que ha de ser eficazmente apoyada en su derecho a la maternidad; por el ‘sí’  a leyes justas que favorezcan el bien común y no confundan la injusticia con el derecho”.

Los pastores retomaron en esta Plenaria el diálogo sobre la crisis moral y económica, a la luz de la encíclica de Benedicto XVI Caritas in Veritate. Como fruto de sus trabajos, han aprobado una Declaración que se publicará próximamente. En ella destacan que, en este momento de graves dificultades económicas y sociales para tantas familias y víctimas de la crisis, es preciso transmitir una palabra de solidaridad y esperanza.

La crisis, según señalan en la Declaración, tiene que ser abordada principalmente desde sus víctimas y desde un juicio moral que permita encontrar el camino adecuado para su solución. En sintonía con la encíclica Caritas in veritate, los obispos ponen el acento en la necesidad de aspirar a un desarrollo integral, que no puede conseguirse sin Dios. Se refieren, entre otros, a los jóvenes, a las familias y a colectivos como el de los inmigrantes, con quienes se está cebando especialmente la crisis, y observan con preocupación la situación y cómo les afecta a estos últimos la Reforma de la Ley de Extranjería que acaba de ser aprobada en el Parlamento.

Los obispos afirman que la crisis debe ser una ocasión de discernimiento y de actuación esperanzada, y animan a todos, y en especial a las comunidades cristianas, a que sigan compartiendo sus bienes con los afectados por la crisis. A este respecto, la CEE ha decidido, igual que hizo el año pasado, entregar a Cáritas un porcentaje del Fondo Común Interdiocesano, que en esta ocasión asciende al 1,5%.

Otro de los temas centrales de esta Plenaria fue la reflexión y el diálogo sobre el ejercicio del sacerdocio hoy en España. La Asamblea ha aprobado un “Mensaje de los obispos de la Conferencia Episcopal Española a los sacerdotes, con motivo del Año Sacerdotal”. El Mensaje se hará público proximamente.

Entre otras informaciones de sus respectivas diócesis que intercambiaron los obispos, como es bien conocido, en agosto de 2011, Madrid será la sede de la Jornada Mundial de la Juventud. Los obispos han recibido información sobre cómo van los preparativos.

Como es habitual, en la Asamblea de otoño, aprobaron los balances anuales, correspondientes en esta ocasión al año 2008, los criterios de constitución y distribución del Fondo Común Interdiocesano y los presupuestos de la CEE y de sus instituciones y organismos para el año 2010.

Por último, la Asamblea Plenaria prorrogó por un año los actuales Estatutos de Manos Unidas y ha aprobado la disolución de la Asociación pública de fieles “Hogar de Nazaret”, que no desaparece sino que tendrá un nuevo estatuto jurídico.
 

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ZENIT Staff

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