Un sacerdote irlandés secuestrado en Filipinas desea permanecer

El padre Michael Sinnot fue liberado ileso y sin pagar rescate

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DUBLÍN, martes, 24 noviembre 2009 (ZENIT.org).- Un sacerdote irlandés de 79 años,  que fue liberado ileso un mes después de ser secuestrado en Filipinas por un grupo militante islámico, declaró que desea seguir realizando su servicio como misionero.

El padre Michael Sinnott fue secuestrado fuera de su casa en Pagadian, el 11 de octubre y liberado el 11 de noviembre por el Frente Moro Islámico de Liberación (ver: http://www.zenit.org/article-32890?l=spanish).

“En el futuro inmediato espero permanecer aquí en Filipinas, volver a hacer mi trabajo. No sé lo que los superiores dirán sobre esto pero este es mi deseo”, declaró al canal nacional irlandés Raidió Teilifís Éireann, el 12 de noviembre.

Sinnott, natural de Clonard, Wexford, Irlanda dijo a RTE: “Pienso que si deseaban secuestrar a alguien deberían haber elegido a alguien mucho más joven porque no era capaz siempre de caminar rápido y continuar”.

El diario Irish Times informó que en la iglesia de la Asunción de Clonard, donde Sinnott creció, se erigió una capilla de oración con su fotografía. Rita Gerrard dijo que ella “encendió velas para dar gracias”.

El sacerdote irlandés fue entregado al Ejército filipino por representantes del Frente Moro Islámico de Liberación, un grupo que lucha por la independencia de Mindanao, una isla del sur de Filipinas. El Frente dijo que el no había capturado a Sinnot pero que negoció su liberación con los secuestradores, un grupo separado del movimiento rebelde.

Los secuestradores entregaron un video de Sinnot el 31 de octubre y habían pedido un rescate de dos millones de dólares. Tras su liberación, Sinnot fue llevado al aeropuerto de Manila donde fue saludado por la presidenta filipina Gloria Macapagal Arroyo.

El ministro de Asuntos Exteriores irlandés Micheál Martin dijo el 11 de noviembre que no se había pagado ningún rescate. “Como en secuestros anteriores, el Gobierno irlandés no pagó ningún rescate”, dijo. “Haciéndolo sólo habríamos puesto en peligro el trabajo vital de los trabajadores humanitarios y misioneros de todo el mundo”, añadió.

El sacerdote pertenece a la Sociedad Misionera de San Columbano, un misionero irlandés que vivió entre los siglos VI y VII y fundó muchos monasterios en toda Europa occidental.

Por Nieves San Martín
 

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ZENIT Staff

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