Universidades católicas: un espacio de identidad y diálogo

Concluye en Roma la XXIII Asamblea de la FIUC

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ROMA, domingo 22 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Finalizó la XXIII Asamblea general de la Federación Internacional de Universidades católicas, realizada en la Pontifica Universidad Gregoriana de Roma.

Docentes y rectores de varias universidades católicas del mundo reflexionaron sobre la identidad de estas instituciones en este evento académico, cuyo tema es «Ex corde Ecclesiae frente a los desafíos del siglo XXI».

La Federación Internacional de Universidades Católicas trabaja con el objetivo de preservar la tradición intelectual católica, la educación integral de la persona y el servicio a la Iglesia. Reúne a 207 instituciones de educación superior de 56 países en los cinco continentes.

Desde Australia hasta República Dominicana pasando por India e Italia, las diferentes universidades católicas enfrentan realidades tan diversas como lo son las mismas culturas que las rodean. No obstante a todas las une el hecho de estar de cara a los desafíos de un mundo cada vez más relativista que quiere excluir el valor de una sola verdad.

Europa

El rector de la Universidad Pontificia de Salamanca en Españ, Marceliano Arranz Rodrigo, manifestó en diálogo con ZENIT los desafíos que enfrenta su institución nacida en 1218. Se trata de la tercera universidad más antigua del mundo:

“El problema que tenemos en Europa con nuestros estudiantes es que parece que están en otra tarea. No solamente no escuchan los mensajes de la Iglesia sino cualquier mensaje que intente calar”, dijo.

“Pienso que debemos hacer autocrítica sobre cómo debemos presentar los mensajes para que por lo menos se sientan interesados y se pueda hablar con nosotros. Es necesario que los jóvenes acepten nuestro mensaje y que se sientan interpelados”, aseguró Marceliano.

El rector de la Pontificia Universidad de Salamanca indica que es necesario implementar ciertas medidas que marquen la diferencia con otras instituciones: “Hemos puesto como asignaturas obligatorias dentro del plan de estudios una que se llama Visión cristiana del mundo y otra que se llama Deontología. Esto es una diferencia muy notable con otras universidades en la cual estos temas no se tratan”.

Diálogo e identidad

Por su parte, Sergio Torres, de la Universidad Católica Cardenal Silva Henríquez de Santiago de Chile, calificó este evento como “iluminador” para todos los que trabajan en la evangelización dentro del ámbito de la educación superior:

“Estamos en un contexto de cambio acelerado en todos lados. Eso repercute de manera diferente de una región a otra. Es obvio que la realidad de la post modernidad en Europa tiene diversa resonancia que en América Latina y que en la India. Por consiguiente conocer los diversos desafíos nos ayuda a reflexionar”, dijo en diálogo con ZENIT.

“Sucede que en la tradición cristiana la razón y la formación en la cultura nunca han sido un dato accidental. Por consiguiente el desafío de una catolicidad viva no sólo como pertenencia eclesial, que por cierto lo es, sino al mismo tiempo de poder nutrir a través de nuestra tradición que nunca ha huido al desafío de la razón”, aseguró.

“La opción del creyente no separa de las necesidades de la cultura de los pueblos. Creemos y profesamos en un Dios encarnado y hablar de encarnación es buscar qué es lo mejor que hay en cada cultura. Esto ayuda a que muchas sociedades sean fecundas de verdad y es también un servicio de nuestra catolicidad”, indicó.

Los participantes de la XXIII Asamblea de la FIUC han reflexionado sobre la unión entre la fe y la cultura, tema del cual también habló el Papa Benedicto XVI durante la audiencia que le concedió a los participantes de este evento en la mañana del jueves.

Frente a este tema, Sergio Torres aseguró que es importante tener “una actitud honesta de diálogo pero eso no significa que no haya un cultivo de nuestra identidad”.

“Dialoga el que sabe que quién es también. No se puede dialogar si no hay un cultivo de identidad. Creo que el cristianismo ha sido un apasionado por la verdad”.

Y concluyó su reflexión afirmando que “la tradición cristiana no sólo bebe de las fuentes de la riqueza del humanismo sino que al mismo tiempo cree en ese humanismo pleno que vemos reflejado en Jesús y ese humanismo le da mucha consistencia a nuestros proyectos”.

[Por Carmen Elena Villa]

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ZENIT Staff

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