LA HABANA, viernes, 22 febrero 2008 (ZENIT.org).- El crecimiento que ha experimentado Cáritas en su servicio a los más necesitados es uno de los frutos más claros que dejó la visita de Juan Pablo II a la isla hace diez años.

Así lo constató este jueves el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Benedicto XVI, en la homilía de la celebración eucarística que presidió en la catedral de La Habana.

El colaborador más cercano del Papa recordó «con gozo el trabajo que Caritas cubana está realizando en favor de los ancianos, y sus esfuerzos por llegar hasta sus hogares y atenderlos, así como su afán por ayudar a las personas enfermas, solas o necesitadas».

«Todo ello es posible gracias a la cooperación de muchos voluntarios que, en los diez años desde que el Papa visitara Cuba, han ido creciendo en número, en generosidad y en compromiso solidario», afirmó en la homilía.

«La caridad cristiana y eclesial tiene también en Cuba algunas manifestaciones en la educación de niños y jóvenes con dificultades escolares, y se abriga la esperanza de que se pueda ensanchar sin reservas este importante campo de su misión», afirmó.

El cardenal Jaime Ortega arzobispo de La Habana, en una entrevista concedida a la revista «Encuentro Digital» también había destacado el impulso que recibió Caritas tras la visita de Juan Pablo II, que supuso «un nuevo punto de partida en el camino de fe de los cubanos».

Caritas Cuba, creada en 1991, ha ido entretejiendo una red de algo menos de 400 Caritas parroquiales.