Si Benedicto XVI se hubiera sentido con fuerzas habría pedido llamarse “Vater Benedikt”, es decir, “Padre Benedetto”. Este deseo del papa emérito en el momento de su renuncia, es una de las afirmaciones más significativas de la entrevista realizada en el edición dominical del periódico alemán Frankfurter Allgemeine y de la que también informa Radio Vaticano.
“Estaba muy débil y cansado” en ese momento, confía Benedicto XVI al periodista Joerg Bremer. El papa emérito cuenta este pasaje porque “quizá puede ser de ayuda”.
Entre los temas abordados por Benedicto XVI está también la reelaboración, en vista de la publicación del cuarto volumen de su Opera omnia, de las conclusiones de un ensayo suyo de 1972 a propósito de la indisolubilidad de matrimonio y de la posibilidad de conceder la Eucaristía a las personas divorciadas vueltas a casar.
El periodista le pregunta si de esta manera quiso adoptar una postura en el Sínodo de los Obispos sobre la familia, recientemente celebrado en el Vaticano, a lo que responde “es una total absurded” ya que la revisión del volumen se hizo antes del Sínodo.
Por otro lado, el papa emérito confirma que mantiene “contactos óptimos” con el santo padre Francisco. “Trato de ser lo más silencioso posible” pero mientras tanto para el creyente está claro quién es el verdadero Papa.
Finalmente habla también de la Navidad en Tierra Santa, lugar de nacimiento de Jesús y del hombre. “Esta dimensión terrena es importante para la fe de los hombres”.
(Con información de Radio Vaticano)