CIUDAD DEL VATICANO, martes 21 de abril de 2009 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha criticado los ataques lanzados por el presidente de Irán contra Israel, en la Conferencia Durban II sobre la discriminación racial, la xenofobia y la relativa intolerancia.

En un comunicado emitido este martes, la Oficina de Información de la Santa Sede deplora "el uso de este foro de la ONU para asumir posiciones políticas, extremistas y ofensivas contra cualquier Estado".

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, en el discurso que pronunció ante la Conferencia el lunes, calificó a Israel de racista.

Los judíos, afirmó, enviaron a Israel "a emigrantes desde Europa, Estados Unidos y otras partes del mundo para establecer un Gobierno totalmente racista en la Palestina ocupada".

"Esto no contribuye al diálogo y provoca una atmósfera de conflicto inaceptable", asegura el comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede que refuerza la declaración que ya había emitido en la tarde de este lunes su director, el padre Federico Lombardi, S.I..

"Es necesario, por el contrario, valorar esta importante ocasión para dialogar juntos, según la línea de acción que la Santa Sede siempre ha adoptado, en vista de una lucha eficaz contra el racismo y la intolerancia, que siguen afectando todavía a niños, mujeres, afro-descendientes, emigrantes, poblaciones indígenas, etc, en todo el mundo", afirma.

"La Santa Sede, al renovar el llamamiento del Papa, asegura que su Delegación trabaja con este espíritu en la Conferencia", aclara el comunicado, en respuesta a quienes preguntaban por qué el Vaticano no ha abandonado su participación en el foro de la ONU.

La Santa Sede ha recordado con su nota las palabras de Benedicto XVI, que el domingo pasado dijo: "Formulo mis votos sinceros para que los Delegados presentes en la Conferencia de Ginebra trabajen juntos, con espíritu de diálogo y de acogida recíproca, para poner fin a toda forma de racismo, discriminación e intolerancia, marcando así un paso fundamental hacia la afirmación del valor universal de la dignidad del ser humano y de sus derechos, en un horizonte de respeto y de justicia para toda persona y pueblo".

Los delegados en la Conferencia de Naciones Unidas adoptaron este martes por consenso y sin una sesión pública de debate una declaración que condena el racismo, negociada la semana pasada.

En el texto, los países de mayoría musulmana que buscaban una condena de Israel, han cedido en todas sus exigencias ante los países occidentales, y la delegación palestina aceptó eliminar un párrafo sobre la reciente ofensiva israelí contra Gaza.

El documento incluye una referencia al Holocausto judío a manos de los nazis y hace un llamamiento a que no se olvide.

La aprobación se produce después de que República Checa, que ejerce la presidencia de turno de la Unión Europea (UE), abandonara el encuentro en protesta por el discurso del presidente de Irán.

Praga se sumó así a Israel, Estados Unidos, Italia, Australia, Canadá, Polonia, Alemania, Holanda y Nueva Zelanda, países que se han negado a participar en la Conferencia por considerar que podía convertirse en un foro antisemita.