SACRAMENTO, 7 agosto (ZENIT.org).- El pasado 20 de julio, con el apoyo de la Conferencia de Obispos Católicos de California, Caridades Católicas de Sacramento interpuso ante el Tribunal Superior de Sacramento una demanda judicial en contra del Estado de California, para invalidar dos nuevas leyes estatales que atentan contra los derechos básicos de libertad religiosa garantizados por la Constitución, tanto la de Estados Unidos como la de California.
Estas nuevas leyes, una de la Asamblea y otra del Senado, aprobadas por la Legislatura el año pasado y promulgadas por el Gobierno estatal el 1 de enero del presente año, pretenden obligar a las instituciones y organismos católicos a ofrecerle a sus empleados seguros de salud que cubran el uso de anticonceptivos, algo que va en directo desacuerdo con las enseñanzas morales de la Iglesia.
La situación podría ser más grave si se tiene en cuenta que en Estados Unidos está a punto de legalizarse el uso de la píldora RU-486, poderoso abortivo, clasificándola como un simple anticonceptivo. De este modo, la Iglesia católica y otras instituciones religiosas en California se verían obligadas a ofrecer drogas abortivas a sus empleados.
«A pesar de que estas leyes tienen una «cláusula de conciencia» que exime de su cumplimiento a las instituciones religiosas que se oponen a los anticonceptivos, las propias leyes se abrogan el derecho de definir qué es una institución religiosa y qué no –explica Ricardo Olvera, director del periódico «Heraldo Católico» de varias diócesis de California–. Y en este caso ellos consideran que Caridades Católicas no es una institución religiosa sino secular, y por lo tanto queda excluida de esta protección».
«La definición de qué se debe considerar según estas leyes como institución religiosa es tan estrecha, que de hecho quedan fuera la mayor parte de los ministerios que desempeña la Iglesia católica, principalmente los relativos a trabajo social, salud y educación –añade Olvera–. Bajo dicha definición, sólo se considera institución religiosa aquella que se dedica exclusivamente a «inculcar valores religiosos», que «emplea principalmente a personas que comparten los principios de esa religión» y también que «atiende principalmente a personas que comparten sus principios». Bajo estos criterios, ni siquiera la obra de la Madre Teresa de Calcuta califica como institución religiosa».
«Es evidente que esta definición fue cortada a la medida para excluir la mayor parte de los ministerios católicos –explica el director del periódico católico californiano dirigido a los hispanos–. Pero sobre todo es evidente que se trata de un intento sin precedentes por parte del Estado para definir lo que es o no es “religión”, y para imponer su propia definición de las actividades que él considera “religiosas” y las que considera “seculares”. Esto evidentemente viola la separación de la Iglesia y el Estado».
«Es evidente que no se trata de un debate sobre las enseñanzas de la Iglesia respecto al aborto y los anticonceptivos –añade Olvera–. Lo importante a determinar es si un gobierno (en este caso el de el Estado de California) puede obligar a una institución religiosa a que sirva como animador o promotor de creencias o acciones que van seriamente en contra de su principios y creencias».
Caridades Católicas en Sacramento
Caridades Católicas desempeña un ministerio tan antiguo como la propia Iglesia, el de la ayuda a los más débiles y necesitados de la sociedad, siguiendo las enseñanzas de la doctrina social católica. En Sacramento sirve desde hace muchos años a comunidades esparcidas en 20 condados de la Diócesis de Sacramento, de la cual Caridades Católicas forma parte. Y opera a través de tres agencias regionales: Servicios Sociales Católicos (SSC) de Sacramento, SSC de Northern Valley y SSC de Solano. Los servicios que CC brinda a la comunidad, católicos o no, van desde alimentos, ropa, inmigración, consejería para niños y familias, capacitación a personas con discapacidad mental, cuidado a pacientes de SIDA, ayuda a los ancianos, orientación a los jóvenes, prevención de la violencia doméstica y muchas otras.