TURIN, 13 agosto (ZENIT.org).- La catedral de Turín estaba llena hasta los topes esta mañana con motivo de la solemne misa, concelebrada por el arzobispo de la ciudad, Severino Poletto, y todos los obispos de Piamonte, con la que se inauguró oficialmente la exposición más larga de la historia de la Sábana Santa.
En realidad, y de manera totalmente excepcional, el arzobispo ya había mostrado ayer el sudario, en el que según la tradición, fue envuelto el cuerpo de Jesús al ser sepultado, a 11 mil jóvenes que se encontraban en Turín de camino a Roma para participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud, que tendrán lugar del 15 al 20 de agosto. Procedían de todos los rincones del planeta: desde Argelia hasta Corea, desde Argentina hasta el Líbano y Burkina Faso.
Monseñor Poletto abrió la celebración leyendo un mensaje enviado por el Papa. «Con íntima emoción –escribe Juan Pablo II– me uno a la fe y a la alegría de la comunidad eclesial de Turín que ofrece de nuevo a los peregrinos y visitantes la oportunidad de contemplar el sagrado lienzo».
«Ante la Sábana Santa –añade el Papa– es difícil quedar indiferente. Ese rostro, de hecho, habla a la inteligencia y al corazón. Habla a quien cree, a quien se encuentra en búsqueda y a quien no cree».
La exposición más larga, 71 días en total (será clausurada el 22 de octubre), es también la primera que entre de lleno en la era multimedial, pues con este motivo, el arzobispado turinés ha publicado un CD-Rom explicativo sobre su historia y las web-cam que se encuentran en el interior de la catedral transmitirán en unos días por Internet el flujo constante de peregrinos (el sitio oficial es http://www.sindone.org).
En un encuentro que tuvo lugar ayer con los periodistas, monseñor Poletto reveló que confía en que esta exposición del Santo Sudario realice un gran «milagro»: el encuentro en Turín entre el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Alejo II, quien nutre una particular devoción por esta reliquia, con Juan Pablo II. La cita, que ya debía haber tenido lugar en dos ocasiones, en Austria y Hungría, fue cancelada a última hora por Alejo II por divergencias con Roma. Ya es seguro que vendrá el número dos del patriarcado, el metropolitano Kiril. «Por el momento, en el horizonte no veo el «milagro» –confesó el prelado turinés–, pero yo no he perdido la esperanza. Si viniera Alejo II, el Papa volaría inmediatamente a Turín».
La exposición de la Sábana Santa en el gran Jubileo del año 2000 está todavía mejor organizada que la celebrada hace dos años. Se ha dedicado particular atención al recorrido que prepara espiritualmente a los peregrinos antes de llegar a contemplar la imagen de ese cuerpo impresa en el lienzo, destrozado por setecientas heridas. Se ofrece incluso una elaboración tridimensional para los invidentes.
Al mismo tiempo, Poletto, que es también el custodio pontificio de la reliquia, se negó ante los periodistas a ofrecer un parecer científico sobre el sudario. «Que la ciencia camine, que siga adelante. Nosotros somos muy respetuosos. La Iglesia no entra en el mérito de la investigación científica. Nosotros no decimos que la Sábana Santa es auténtica: seríamos inconscientes y deshonestos si así lo hiciéramos, pues no tenemos las pruebas definitivas. Ahora bien, el Sudario es un don de Dios para llevar a la humanidad a encontrarse con Cristo».
De todos modos, monseñor Giuseppe Ghiberti, reveló que ha recibido el encargo de «recoger propuestas de nuevos análisis de cara a la realización de un programa orgánico, que no sea unilateral, como sucedió hace años». En este sentido, participará en el próximo congreso científico internacional sobre la Sábana Santa que se celebrará en Orvieto (27 al 29 de agosto).
