Monseñor Pickel vino a Roma acompañando a los 400 jóvenes rusos que participaron en las Jornadas Mundiales de la Juventud (15 al 20 de agosto). Uno de los corresponsales de Zenit se dio cuenta de que entre los dos millones de jóvenes, durante la vigilia final presidida por el Papa, se encontraba un obispo. Abriéndose brecha entre este océano humano, pudo darse cuenta de que se trataba de monseñor Pickel, de quien ya habíamos publicado el pasado 21 de julio una página de un diario de su vida (cf. ZS00072107).
Monseñor Pickel y los muchachos que le acompañaban explicaron que la situación social en el país es realmente «pesimista»: todo es difícil: el trabajo, el estudio, etc. Por ello, confesó su deseo de que las Jornadas Mundiales de la Juventud sirvan para que estos jóvenes rusos puedan «volver a encontrar a Cristo» y recuperar la esperanza.
Los jóvenes católicos rusos son pocos y en ocasiones pueden sentirse solos, comentaban los muchachos. En este sentido, momentos como los que vivieron en Roma se convierten en auténticos motores propulsores de su entrega en la Iglesia. Ahora bien, para que estos y otros muchachos puedan sentir el amor y solidaridad de los católicos del mundo, monseñor Pickel nos ofreció su dirección electrónica pickel@san.ru. El prelado invitó a los católicos a expresar su solidaridad con estos chicos y chicas rusos enviando un mensaje.
