«En alba del nuevo milenio –constató–, el turismo se confirma como uno de los principales recursos económicos que se proponen a la atención de los gobiernos, como uno de los medios más eficaces para favorecer el conocimiento mutuo de los pueblos. En este interés económico intervienen tradiciones diversas, culturas de gran hondura, que han marcado la historia de los pueblos en un mundo que definimos globalizado».
Por eso, «siempre hay que recordar que nunca debe prevalecer la lógica del provecho, sino que es necesario desarrollar los elementos necesarios para un turismo duradero y sostenible, respetuoso del hombre y del ambiente».
En el encuentro de Madrid, se dedicó especial atención a las experiencias vividas en este año jubilar, que han involucrado a millones de personas (tan sólo Roma habrá recibido a casi 40 millones de peregrinos) y a los aspectos técnicos que han permitido la adecuada organización.