Juan Pablo II se conmueve recordando las montañas de su juventud

ROMA, 6 dic (ZENIT.org).- Montañeros polacos de la localidad de Zakopane regalaron en la mañana de hoya a Juan Pablo II treinta árboles de Navidad provenientes de los montes Tatra. Adornarán su apartamento y estancias del Vaticano en estos días.

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El pontífice, al saludarlos, se conmovió: «me vienen a la mente muchos recuerdos, ligados a aquellos parajes que antes visitaba personalmente», confesó.

En esas cumbres, Karol Wojtyla aprendió a esquiar y a ellas se dirigía para descansar siendo sacerdote, obispo y cardenal de Cracovia. En ellas hacía excursiones a pie y en canoa. A ellos se dirigió en una breve jornada de descanso durante su último viaje a Polonia, en junio de 1999.

Los montañeros llegaron a la plaza de San Pedro acompañados por una banda de música, que interpretó aires de la tradición polaca.

«Os doy las gracias por este encuentro –dijo al final el Santo Padre–, y os agradezco también el que recordéis tan fielmente al Papa. Que el Señor os recompense el haber venido aquí y por la música y las canciones tan conmovedoras. Llevad mi saludo a todos los habitantes de Zakopane y de Podhale».

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ZENIT Staff

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