El pontífice, al saludarlos, se conmovió: «me vienen a la mente muchos recuerdos, ligados a aquellos parajes que antes visitaba personalmente», confesó.
En esas cumbres, Karol Wojtyla aprendió a esquiar y a ellas se dirigía para descansar siendo sacerdote, obispo y cardenal de Cracovia. En ellas hacía excursiones a pie y en canoa. A ellos se dirigió en una breve jornada de descanso durante su último viaje a Polonia, en junio de 1999.
Los montañeros llegaron a la plaza de San Pedro acompañados por una banda de música, que interpretó aires de la tradición polaca.
«Os doy las gracias por este encuentro –dijo al final el Santo Padre–, y os agradezco también el que recordéis tan fielmente al Papa. Que el Señor os recompense el haber venido aquí y por la música y las canciones tan conmovedoras. Llevad mi saludo a todos los habitantes de Zakopane y de Podhale».