CIUDAD DEL VATICANO, 12 abril 2001 (ZENIT.org).- Los miles de damnificados de los terremotos que flagelaron el Salvador en enero y febrero se convirtieron en los destinatarios de las ofertas recogidas en la celebración eucarística de la Cena del Señor, presidida por Juan Pablo II en la tarde de este Jueves Santo en Roma.
Mientras el pontífice se agachó para lavar los pies a doce sacerdotes, la asamblea reunida en la catedral del Papa, la Basílica de San Juan de Letrán, fue invitada a ofrecer un gesto de caridad a favor de estas personas que junto a familiares o amigos han perdido todos sus bienes.
La amenaza del terremoto volvió a amenazar a El Salvador en la noche del martes pasado en la ciudad de San Vicente a 60 kilómetros (37 millas) al este de la capital. Ante el miedo, miles de personas pasaron esa noche en las calles. Las autoridades, sin embargo, no han constatado daños de gravedad o víctimas.
El Salvador ha registrado casi 8.000 sismos tras los terremotos de 7,6 grados del 13 de enero y de 6,6 grados del 13 de febrero pasado, que causaron más de 1.200 muertos, millares de viviendas destruidas y millonarias pérdidas económicas al país.
El dinero recogido en la eucaristía de este Jueves Santo en la catedral del Papa será destinado a apoyar la acción de la Iglesia católica en El Salvador en ayuda a los damnificados. La Iglesia y las organizaciones católicas han sido la institución no gubernamental que más ayuda ha destinado tras el terremoto y la Cáritas local ha sido el principal canal de distribución de ayudas y asistencia.