«De la República Centroafricana nos llegan noticias preocupantes de los enfrentamientos que tienen lugar en aquella querida nación y particularmente de las pruebas dolorosas a las que es sometida la capital, Bangui», constató el Papa al final de su tradicional audiencia general.
«Por mi parte –añadió–, estoy junto a esas poblaciones y pido a todos los grupos en lucha que depongan las armas y cooperen en la restauración de un clima de concordia en el país».
Dirigiéndose a los quince mil peregrinos presentes en la plaza de San Pedro del Vaticano, pidió «rezar junto conmigo al Señor para que infunda en los corazones pensamientos de paz y de reconciliación».
Tropas leales al presidente Angel Félix Patassé tratan de sofocar desde el 28 de mayo el levantamiento de una unidad rebelde del ejército que ha tratado de dar un golpe de Estado. El martes la situación del abastecimiento de alimentos comenzaba a ser dramática.