Roma y Constantinopla relanzan el diálogo

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Delegación ortodoxa con motivo de la fiesta del obispo de Roma

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CIUDAD DEL VATICANO, 29 junio 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II celebró este viernes la fiesta del obispo de Roma dando un decidido empujón al diálogo con la Iglesia ortodoxa.

Como ha sucedido ya en otros años, el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, «primus inter pares» en la Ortodoxia, envió a la ciudad eterna una delegación para manifestar de manera concreta su deseo de diálogo con Roma.

Entre los enviados por el patriarcado, se encontraba el metropolitano ortodoxo de Francia, Jerémias, presidente de la Conferencia de las Iglesias de Europa (KEK), y gran impulsor del diálogo con la Iglesia católica y con el mundo cristiano.

Los otros dos miembros de la delegación eran el obispo ortodoxo en Estados Unidos, Dimitrios de Xanthos y el subsecretario del Santo Sínodo del Patriarcado ecuménico, el archidiácono Elpidophoros.

«¡Bienvenidos!», les dijo Juan Pablo II a mediodía, cuando se dirigió a varios miles de peregrinos congregados para rezar con él la oración mariana del «Angelus». «La casa de Pedro os acoge con estima y cariño», añadió.

El Papa devolverá este gesto de cortesía ortodoxo enviando a finales de noviembre una delegación al patriarcado de Constantinopla con motivo de la fiesta de san Andrés, hermano de Pedro.

Poco antes, el mismo pontífice quiso recibir en audiencia privada a sus huéspedes. Ortodoxos y católicos, a causa de las divisiones que estallaron en 1054, no pueden concelebrar juntos la Eucaristía. Ahora bien, en el encuentro, el obispo de Roma reconoció que «este motivo de sufrimiento» debe ser un «estímulo para encontrar caminos que permitan superar las divisiones que todavía subsisten».

Ha llegado la hora de relanzar el diálogo teológico entre ortodoxos y católicos, concluyó el Papa, revelando que en estos momentos el Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, el Patriarcado ecuménico de Constantinopla y la Comisión católico-ortodoxa en los últimos tiempos «están en contacto cercano para decidir juntos la mejor manera de relanzar» este objetivo.

Después, en la misa que el pontífice celebró por la tarde, en la plaza de San Pedro, durante la homilía dirigió palabras dirigidas especialmente a la delegación ortodoxa. «Se hace cada vez más intenso el deseo de la unidad entre todos los creyentes».

El mismo Papa reconoció que experimentó esta exigencia durante su última visita a Ucrania. «¡Cuanto querría que se apresuraran los tiempos de la reconciliación y de la recíproca comunión!», exclamó.

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ZENIT Staff

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