ASÍS, 10 julio 2001 (ZENIT.org).- Entre los muchos peregrinos que acuden a visitar los lugares que recorrió durante su vida San Francisco en Asís, se encontraban estos días los obispos de Cuba, presididos por el cardenal Jaime Ortega, obispo de San Cristóbal de la Habana.
La visita de los prelados caribeños ha servido de ocasión para recordar el terrible terremoto que asoló esta región de Italia. Poco antes de partir para su viaje a Cuba, el Papa visitó a las víctimas de aquella desgracia y les pidió: “De Asís a Cuba. Rezad por mí”.
El grupo de obispos, que ha estado recientemente en Roma, realizando la visita ad limina, se ha detenido largamente en la tumba del “pobrecillo”. El cardenal Ortega, en la homilía de la misa celebrada allí, ha recordado que el encuentro con el Santo Padre “anima a proseguir el compromiso en favor de los pobres y los sencillos porque Francisco es el símbolo de la pobreza y la sencillez”.
El diario Avvenire, recoge una declaración sobre el paso de los prelados cubanos hecha por el padre custodio Vincenzo Coli: “La visita de los obispos, su oración en la tumba del pobrecillo ha dejado en nosotros una óptima impresión por la sencillez, la fe y una profunda y sincera postura de gratitud. Los obispos han pedido por intercesión de San Francisco vivir el Evangelio con su estilo, con un fuerte deseo de compartir la vida del propio pueblo y alimentando sentimientos de esperanza cristiana. Nuestra comunidad desea hacerse cercana, apoyándoles con la oración”.
Antes de partir hacia su isla, los obispos se han detenido a orar en la basílica de Santa Clara, en la Porciúncula y en la ciudad de Siena, ante la tumba de Santa Catalina.
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