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Jul 31, 2001 00:00
La ley contra la blasfemia fue promulgada en 1985 y castiga con la cadena perpetua o con la pena de muerte a quien ultraja al profeta Mahoma.
Dado que quien presenta la acusación ante los tribunales no puede repetir las palabras o los gestos de la blasfemia, para no convertirse en cómplice y ser incriminado por el mismo delito, no está obligado a ofrecer pruebas. Basta una insinuación para comenzar el proceso penal.
En un acto totalmente desesperado, el 6 de mayo de 1998, monseñor John Joseph, obispo de Faisalabad, se quitó la vida para protestar, según él mismo había explicado, contra la condena a muerte por blasfemia del cristiano Ayub Masih.