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A la dramática situación que atenaza a Tierra Santa se han sumado, en estos días, graves tensiones políticas en Líbano, tras una serie de detenciones que obstaculizan el diálogo nacional.
Apelo al sentido de responsabilidad de las autoridades de esa querida nación, que tanto ha sufrido a causa de sus divisiones internas. Ojalá que no se sacrifiquen los valores de la democracia y de la soberanía nacional a los intereses políticos del momento. Un Líbano pluralista y libre constituye una riqueza para toda la región de Oriente Próximo. Es de desear que todos ayuden a los libaneses a conservarla y a hacerla fructificar.
(©L´Osservatore Romano – 24 de Agosto de 2001)