Durante la celebración eucarística que presidió en la catedral metropolitana, el arzobispo Primado de México indicó que en las guerras los más afectados siempre son los niños, pues están indefensos y sufren el riesgo de perder la vida por los desplazamientos y la miseria.
Además, muchas veces pierden en la guerra a sus padres. Ahora bien, la situación de los niños no sólo es dramática en el frente de guerra, sino que también están sometidos a otro tipo de violencia, como la que viven los niños de la calle, muy numerosos en México, quienes, separados de padres y hermanos, sufren maltratos, hambre, soledad y están expuestos a caer en la drogadicción y la prostitución.
Hablando de la situación de los niños, el cardenal también denunció las circunstancias que provoca la pobreza, así como la violencia presente en los hogares. Ahora bien, concluyó, añadió, la violencia que alcanza la máxima expresión criminal es cuando el Estado promueve o apoya leyes que favorecen el asesinato en el seno materno.