CIUDAD DEL VATICANO, 13 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Pocas horas después de la catástrofe aérea que sacudió Nueva York y el mundo entero el pasado lunes, Juan Pablo II mandó mensajes de pésame, oración y cercanía a los familiares de las víctimas.

Con dos telegramas, enviados al obispo de Brooklyn, monseñor Thomas V. Daily, y al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo y presidente de la Conferencia Episcopal Dominicana, el pontífice aseguró sus oraciones por las 260 personas fallecidas.

La mayoría de los pasajeros del Airbus A300 de la Compañía American Airlines, que precipitó pocos minutos después de haber despegado del aeropuerto John F. Kennedy, eran de origen dominicano.

«Profundamente entristecido por las noticias de las numerosas víctimas de la tragedia aérea», confiesa el Papa en las dos misivas enviadas a los representantes católicos, «encomiendo los fallecidos al amor eterno de Dios Todopoderoso e invoco la fuerza y el consuelo divino para las familias afligidas».

El Santo Padre concluye sus mensajes asegurando «su cercanía con la oración» a Estados Unidos y a la República Dominicana.