Lo ha declarado a la agencia misionera Fides el padre Jerry Sheehy, superior provincial de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús: «Nos sentimos estimulados por el apoyo recibido de la comunidad musulmana: nos ha dicho claramente que el secuestro de inocentes es un acto que va contra la religión islámica».
No obstante las amenazas recibidas en Mindanao, el Superior, afirma que «su Congregación no tiene intención de salir de Mindanao».
Los misioneros han recibido el apoyo del presidente del Consejo Islámico Filipino, del juez Eid Kabalau y de Ghazali Jaafar, vice-responsable del Frente Moro Islámico de Liberación, que continúa siendo el mayor sospechoso del secuestro.
Fuentes del ejército afirman que el misionero fue secuestrado por miembros salidos del MILF, que se dedican a realizar secuestros para recaudar fondos. Los secuestradores han pedido un rescate de 10 millones de pesos (unos 200.000 dólares) pero la Iglesia ha declarado que no está dispuesta a pagar ningún rescate.