CATANIA, 16 noviembre 2001 (ZENIT.org).- A pocas semanas de la primera beatificación del matrimonio formado por Luigi y Maria Beltrame Quattrocchi, el viernes pasado se abrió en Catania (Italia) el proceso de beatificación de otro matrimonio: Marcello y Anna Maria Inguscio, informa el diario italiano Avvenire.
Marcello nació en 1934 en Lecce y una vez diplomado en el Liceo musical, gana varios concursos hasta que llega en 1972 al Teatro «Bellini» de Catania como primer contrabajo. En 1978 es nombrado vicedirector del Liceo Musical.
Tres difíciles operaciones le hacen reflexionar sobre el don de la vida hasta el punto de prometer a Dios que, una vez curado, se dedicaría al cuidado de los pobres.
Anna nació en Catania en 1938 de una familia suiza. Se conocen en Messina y se vuelven a encontrar años más tarde en un barrio de Catania, en la casa de los enfermos cuidados por Anna Maria.
Empiezan una relación, rezan juntos y se dedican al voluntariado. Descubren ser el uno para el otro pero existe un obstáculo: él es católico y ella de la Iglesia valdense. Hacen un pacto, Marcello estudia la teología protestante y Anna Maria, la católica. El resto lo dejan en manos de Dios.
Anna Maria, al penetrar en sus estudios, decidió abrazar el catolicismo. Fundamental en su conversión fue una experiencia vivida en 1957 en Francia con el Abbé Pierre, sacerdote francés que se dedica a la atención de personas sin techo.
El día de su matrimonio invitan al banquete a unos cuarenta minusválidos. Los esposos en traje nupcial dan de comer a sus invitados. Lo primero que hacen en su casa es adaptar un espacio para capilla. El salón se convierte pronto en la sede de la primera comunidad eclesial de base de la «Misión Iglesia-Mundo» de la que pasaron a formar parte.
Tienen dos hijas naturales, Marietta y Lucia que crecen en una atmósfera de intensa oración, junto a los enfermos que llenan su casa. Hasta el último día de su vida Anna Maria tuvo siempre algún huésped en casa, día y noche.
Dado que algunos enfermos de Catania particularmente graves no contaban con residencias para ser atendidos, el matrimonio creó junto a algunos voluntarios la «Casa-Familia Puebla» donde pueden vivir algunos minusválidos en un ambiente familiar. En Sicilia, es la primera experiencia de este tipo.
Marcello, aun siendo músico, se diploma como enfermero profesional para poder asistir mejor a las personas que atiende. Recorre Catania con una moto (la típica vespa) llevando montones de llaves de las casas de todos los enfermos y ancianos a los que va a visitar.
En el instituto de vida consagrada de «Misión Iglesia-Mundo», Marcello y Anna Maria emiten su profesión oficial haciendo voto de pobreza, castidad, obediencia y compromiso pastoral a tiempo completo. Se convierten también en responsables del grupo de matrimonios. En 1986, enferma de cáncer, muere Anna Maria. En 1996, muere Marcello de un infarto.
Monseñor Luigi Bommarito, arzobispo de Catania, proclamó a Marcello y Anna Maria siervos de Dios y declaró abierta la fase diocesana del proceso de canonización.