CIUDAD DEL VATICANO, 20 noviembre 2001 (ZENIT.org).- Abrir espacios al Evangelio en el cine, la radio, la televisión, e Internet. Este es el objetivo que planteó este martes Juan Pablo II a Signis, la nueva asociación católica mundial para la comunicación que acaba de surgir en un congreso internacional en Roma.
Signis [ http://www.signis.org ], presente en 140 países, surge de la fusión de las Organizaciones internacionales católicas para los medios OCIC (cine, vídeo, audiovisual) y Unda (Radio y televisión).
«Mi esperanza y la vuestra –estoy seguro– es que Signis se expanda y sea más eficaz en el trabajo que las dos organizaciones han realizado en los últimos 70 años, la tarea de evangelizar en y a través de los medios de comunicación», confesó el Papa.
En el encuentro con el pontífice, que tuvo lugar en la Sala Clementina del Vaticano, participaron unos 450 comunicadores católicos de los cinco continentes que han venido a la Ciudad Eterna para participar del 19 al 27 de noviembre en un Congreso mundial que da origen a Signis.
Del 22 al 24 de noviembre se celebrará, además, el «Multimedia Forum», gran feria mundial de la comunicación católica en la que estarán presentes productores, distribuidores y usuarios de programas educativos y religiosos.
Según el Papa, la creación de Signis es «particularmente apropiada», pues en estos momentos, de «grandes avances en las tecnologías de la comunicación y en el proceso de globalización, la misión de la Iglesia de hacer conocer y amar a Cristo a todas las personas encuentra nuvas oportunidades y desafíos»
Tras constatar que en los últimos años se ha dado un auténtico «boom» de nuevas emisoras de radio y televisión, el Papa pidió a Signis que «siga creando nuevas audiencias para la programación católica y que trabaje para involucrar a otros agentes con el objetivo de asegurar que no falten contenidos positivos espirituales y religiosos en las diferentes producciones de los medios de comunicación».
Pero, según Juan Pablo II, Signis no sólo debe producir contenidos audiovisuales, sino convertirse en una especie de conciencia en el nuevo panorama comunicativo.
«La gente pasa enormes cantidades de tiempo absorbida en el consumo de los medios, especialmente los niños y los adolescentes –constató–. Una función decisiva de vuestro trabajo debe ser, por tanto, enseñar de manera sabia y responsable el uso de los medios».
«Esto significa poner elevados estándares no sólo para el público en general, sino también para los líderes de la industria de la comunicación –concluyó–. Esto significa ayudar a la gente a ser consciente de la gran influencia que los medios tienen en sus vidas. Estos significa evaluar la calidad de los contenidos y promover un diálogo constructivo entre los productores de los medios de comunicación y los usuarios».