El accidente tuvo lugar cuando un avión de la compañía suiza Crossair procedente de Berlín se estrelló contra el suelo al aterrizar. Veinticuatro personas perdieron la vida y dos luchan ahora entre la vida y la muerte.
Un mensaje, firmado por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, dirigido al obispo de Chur, monseñor Amédé Grab, afirma: «conmocionado por las proporciones del accidente, Su Santidad reza a Dios, Señor de la vida y de la muerte, por las víctimas e implora por ellas la vida eterna».
En el mensaje en alemán, Juan Pablo II se dice «cercano a los familiares que lloran a sus seres queridos y pide para ellos el consuelo cristiano para superar horas y días oscuros».